Los que amamos a Ecopetrol
Opinión

Los que amamos a Ecopetrol

Nosotros los trabajadores la defendemos a como dé lugar de cada gobierno de turno que viene a feriarla

Por:
diciembre 22, 2015
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Me había prometido que en esta tribuna no abordaría temas petroleros o asuntos relacionados con la primera empresa de los colombianos, pero hechos como los que están ocurriendo en Ecopetrol obligan a hacerlo.

Todo lo que soy en mi vida laboral, como ciudadano, como dirigente gremial, como miembro de una familia se lo debo a Ecopetrol. Trabajo allí desde que tenía 17 años de edad y está cerca la fecha en la que cumpliré 15 años de antigüedad en la empresa.

La semana pasada, me reuní de nuevo con mis compañeros analistas químicos del laboratorio de la refinería de Barrancabermeja. Un video clip de apoyo a la sindicalización en Colombia, auspiciado por el Ministerio de Cooperación Alemán, hizo que me pusiera nuevamente bata y guantes para recordar cómo en ese recinto hemos sobrevivido, ya con este, tres presidentes de Ecopetrol.

Nadie quiere más a esta empresa que sus trabajadores. Es el lugar donde se pasa un tercio de la vida de cada uno de nosotros. Nuestro esfuerzo colectivo ha hecho posible lo que es y ha sido Ecopetrol. Cuando el fenómeno de la tercerización y las reformas laborales y pensionales no existían, los trabajadores ingresaban a la empresa con el propósito de construir un proyecto de vida y jubilarse en ella. Ya eso es muy difícil de lograr.

Hoy los sueños y el orgullo de trabajar en la primera empresa del país se desmoronan fácilmente por cuenta de la escasa sensibilidad de quienes la dirigen.

Ecopetrol es la primera empresa de los colombianos. Nosotros los trabajadores la defendemos a como dé lugar de cada gobierno de turno que viene a feriarla. El expresidente Álvaro Uribe Vélez la dividió y la abrió al capital privado. Detrás del eslogan de “democratizar la propiedad” convirtió un bien de todos en un bien de nadie y por lo tanto susceptible de apropiación privada.

A los colombianos les vendieron la idea de que si compraban acciones eran dueños de Ecopetrol y hoy esos accionistas, casi una década después, no saben  cómo recuperar la inversión, poco se habló cuándo se vendió parte de la propiedad de la empresa de la volatilidad del negocio petrolero.

De Ecopetrol dependen no solamente grandes ingresos para ciudades como Barrancabermeja, sino la mayoría de los programas sociales del Estado colombiano con los que a pesar de ineficiencias y desdenes se intentan cumplir los derechos sociales que la constitución acordó para todos los ciudadanos. Pero de la empresa no va quedando nada. Más de 10 billones de pesos en activos de transporte y almacenamiento se le entregaron a Cenit, una filial de papel.

La nueva y más moderna refinería de Latinoamérica es Reficar, una empresa separada de Ecopetrol y ahora los campos menores, pequeños pero de alta productividad, se  van a entregar a otras multinacionales para que los escurran. Las utilidades de Ecopetrol que financian el presupuesto de la nación van camino de perderse o mejor de convertirse en utilidades de multinacionales petroleras.

El sindicato y los trabajadores amamos a Ecopetrol. La Unión Sindical Obrera parió a la empresa a través de una huelga y ha tenido que hacer otras tantas para defenderla. Los trabajadores luchamos incansablemente contra quienes la mal administran. Los recientes escándalos de corrupción apenas develan cómo en épocas de “vacas gordas” no fueron precisamente los trabajadores, el sindicato y sus conquistas laborales los que la pusieron en aprietos.

Es evidente que esta nueva administración también lo está haciendo mal. No juegan limpio, no dicen la verdad, están politizando altos y medianos cargos de la empresa, mientras exigen a los trabajadores comprometerse con la transparencia para cumplir sus compromisos con la Bolsa de Valores de New York. Todo empezó mal, desde cuando en diciembre de 2014 los medios ya hablaban del doctor Echeverry como presidente pero, Ecopetrol contrató una empresa de ‘caza talentos’ que le costó 504 millones de pesos para “encontrarlo”.

Esta semana Ecopetrol S.A.
engañó a los trabajadores
y por sorpresa despidió casi un centenar de ellos

Esta semana Ecopetrol S.A. engañó a los trabajadores y por sorpresa despidió casi un centenar de ellos. La empresa minimiza los hechos en un escueto comunicado y en un irrespetuoso video nos cuentan cómo estos directivos no quieren la empresa, ni buscan su fortalecimiento. Al fin y al cabo, están recientemente desempacados de otros puestos oficiales y privados. Por ejemplo al Vicepresidente Jurídico le importó poco esta semana irse para la Corte Constitucional después de un intenso cabildeoen el Congreso, pues solo necesitaba pasar por Ecopetrol para adornar aún más su hoja de vida en el sector público sin ningún sentido de pertenencia por la empresa.

Detrás de cada despido hay un enorme drama familiar y personal cuando además no se entienden las razones y llega por sorpresa. La indemnización que paga Ecopetrol se la llevan las deudas adquiridas por los trabajadores y lo que queda no es nada para madres cabeza de familia,  compañeros de edad avanzada y  trabajadores en debilidad manifiesta ahora sin acceso a la seguridad social integral.Nadie quiere más a Ecopetrol  que los trabajadores y así nos pagan.

La USO no será inferior en la defensa de sus derechos laborales y no lo será en el cumplimiento de su misión: que los recursos naturales del país y las empresas que los exploten sean bienes públicos que generen la riqueza suficiente para hacer de la nuestra una sociedad de equidad e inclusión. Vamos a defenderla.

Publicado originalmente: noviembre 10, 2015

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