Con bombos y platillos el Ministerio de Educación Nacional anunció que tomaría medidas contra los abusos que varias universidades cometen con sus estudiantes. Sin embargo, parece que olvidaron a hacer presencia en Sucre. Los estudiantes de la Corporación Universitaria del Caribe –CECAR, tanto en Sincelejo como en Montería, clamamos ser escuchados ante las injusticias que cometen hacía nosotros. En la Facultad de Derecho están ocurriendo hechos gravísimos; cambiaron el plan de estudio y nos obligaron a los estudiantes antiguos a tomar asignaturas que no estaban al momento de matricularnos. Además, nos incrementaron el valor del curso de inglés que exigen para graduar, muy por encima de los valores de los que ofrecen otras universidades.
Nos venden el discurso de la calidad y todo lo justifican en que van a acreditar al CECAR, pero contratan docentes sin ninguna experiencia. Algunos no tienen siquiera especialización y otros se graduaron apenas hace uno o dos años, como el caso de José Luis del Valle de la Ossa de la Facultad de Derecho, conocido por su pésimo rendimiento académico en su época de estudiantes. Hoy imparte clases en la universidad que predica calidad. A esto se suma que la Corporación despide a los docentes antiguos y con experiencia, para acabar con el sindicato de docentes.
La señora vicerrectora académica, Lidia Flórez Albis, siempre usa el mismo discurso de que la CECAR cumple lo que el Ministerio manda, pero no se da una pasadita por las aulas calurosas; no percibe la corrupción de los docentes, quienes canjean notas por “favores”; no se da cuenta que varios decanos y profesores nunca atienden a los estudiantes. Dicho por los mismos profesores, hay rosca en la contratación de los docentes por parte de la misma Vicerrectora, para cumplirle favores políticos a su yerno, el político sucreño Andrés Gómez Martínez, sobrino del ex director de COMFASUCRE, William Martínez Santamaría, quien salió de su cargo por corrupto.
Las Facultades son un caos: votan nuestras cartas, no contestan nuestras solicitudes, hasta que acudimos a tutelas. No hay orden académico y cada nuevo semestre encontramos un plan de estudio diferente. La corporación inventa optativas sin horarios, cambia profesores a cada rato, no hace homologaciones a tiempo; los alumnos no sabemos ni en qué semestre estamos; los libros de la biblioteca nunca alcanzan. Todo es confusión, malos manejos, tráfico de influencias para graduarse rápido y así quieren hacernos creer que no está pasando nada en las facultades, y si intentamos hacer protestas nos amenazan con abrirnos disciplinarios.
A todas estas nos preguntamos ¿dónde está el Ministerio de Educación?