Algo tendría que pasar para que esto terminara. No es posible que Avianca no se centre y empiece a ofrecer precios acordes al pobre servicio que dan. Porque mientras el trato al cliente, las demoras, la incomodidad, son el pan de cada día en la otrora poderosa compañía, orgullo de Colombia. La excusa es que desde el salvadoreño Kierte, nuevo duelo de la aerolínea, está haciendo una reestructuración, pero esto no va de la mano con una nueva política de precios.
Por esta época del año, cuando se acercan fechas como Semana Santa o Navidad, Avianca saca lo peor de si. Mientras si se quiere recorrer Europa, viajar, por ejemplo, por Iberia, de Madrid a París, un 21 de diciembre, el trayecto vale 120 mil pesos, o de Paris a una joya arquitectónica como Praga cueste 280 mil pesos, viajar a Cúcuta, por trayecto, en estas fechas, cuesta 450 mil pesos. Una verdadera tragedia que no exista una ley que regule los precios de las aerolíneas y que ayude a fomentar el turismo en Colombia porque, con esos precios, provoca es viajar a Europa y conocer maravillas, tesoros que se esconden en ciudades tan enigmáticas como Praga.