Soy discapacitado, con medio cuerpo semiparalizado, (hemipléjico tras sufrir un ACV). Soy además diabético crónico insulinodependiente, hipertenso, con problemas renales y otras afectaciones propias de la diabetes. Mi calvario comenzó cuando la Supersalud liquidó a Medimás, por lo que, siendo de Villavicencio, resulté trasladado a la EPS Cajacopi Atlántico.
Pese a que soy contributivo, y en la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social ADRES aparezco como "régimen contributivo", inexplicablemente la EPS Cajacopi me tiene en lista de "subsidiado", por lo cual solo tengo acceso a los puestos de salud, y esto solo para emergencias. Es decir, la EPS, muy juiciosa cobra el valor de la UPC, pero no me da servicio médi Cajacopi Atlántico.co.
Desde hace un tiempo he ido a la EPS, donde siempre me dicen que en cinco días me solucionan pero nada pasa. He interpuesto no menos de cuatro quejas a la Supersalud bajo el radicado PQR 20222100010852892, pero ha sido inútil. Esta Supersalud inicialmente puso a una funcionaria a recibir mi queja, a pedirme la lista de medicamentos negados, y se comprometieron a solucionar mi problema en 48 horas hábiles, sin embargo hasta hoy no sucede nada.
Hasta hoy no tengo atención médica, no me dan las terapias ordenadas desde julio por el médico, y lo peor, ni siquiera me dan medicamentos tan básicos como la insulina, de la cual requiero 14 unidades en la mañana, 16 en la tarde y 32 en la noche. Ni en los peores días del servicio en la desaparecida Medimás me había sentido tan huérfano en servicio de salud, al punto que hoy temo por mi vida, porque estoy deteriorado en mi salud, mi nivel de azúcar hoy en la mañana estaba en 322, lo cual me puede llevar a más complicaciones y estoy perdiendo cada día más movilidad. S
La impresión que le queda a uno como usuario, y víctima de este paseo de la muerte, es que la Superintendencia Nacional de Salud está alineada con la nueva ministra de Salud para recibir todas las quejas posibles, y así tener argumentos para acabar las EPS y apropiarse de los astronómicos recursos del sector salud.
Todo indica que lo que menos le interesa a la Supersalud es la vida de los miles y miles de usuarios que, como en mi caso, tenemos nuestra vida en riesgo, y estamos condenados a muerte, sometidos al más miserable de los tratos, justo en un gobierno donde todos esperamos un cambio, y donde paradójicamente se grita a los cuatro vientos que somos "potencia mundial de la vida".
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