La MIT Technology Review es considerada como la revista tecnológica más antigua del mundo, puesto que lleva desde 1899 siendo referente en temas de telecomunicaciones, energía, informática, materiales, biomedicina y negocios. Recientemente, en una de sus publicaciones optó por hacerle un reconocimiento a grandes innovadores menores de 35 años de América Latina y allí, junto con algunos argentinos, peruanos, chilenos y demás, hubo seis jóvenes colombianos que recibieron su respectiva distinción en alguna de sus cinco categorias.
En la categoría de inventores, ganó premio Isabel Pulido de 30 años, biodiseñadora por la Universidad de Los Andes, quién ha desarrollado una solución llamada NanoFreeze que busca revolucionar la industria de la refrigeración mediante el uso de bionanotecnología. La solución, es capaz de duplicar la capacidad calorífica del agua, lo que prolonga la conservación de alimentos y medicamentos en condiciones óptimas durante más tiempo, Después de cuatro meses de implementar la solución en Colombia y México, NanoFreeze ha reducido la huella de carbono en cinco toneladas y los precios de la energía en un 35% en más de 100 refrigeradores.
ABInBev, OXXO, Terpel, Postobón y PepsiCo son algunas de las empresas con las que NanoFreeze ya mantiene conversaciones para mejorar sus sistemas de refrigeración, y en el caso de las dos primeras ya ha completado un proyecto piloto para transformar sus sistemas de refrigeración comercial.
En la categoría de emprendedores fue premidada Lina Aramburo de 34 años, quién ha desarrollado Ecobot, unas máquinas para la recogida de botellas de plástico, latas y Tetrabrik que, a cambio de los envases, entrega un cupón de descuento para utilizar en restaurantes, tiendas, aplicaciones y marcas asociadas.
Ecobot ya ha reciclado más de 7 millones de envases y está presente en más de 120 ubicaciones donde genera 22 empleos directos. Además, con los envases que recogen colaboran con organizaciones de recicladores y fundaciones para garantizar que el material se aprovecha correctamente.
En la categoría de visionarios, fue premiado Juan Echeverri de 31 años, graduado de Administración de Empresas en el CESA, con su plataforma Petalli, que compra directamente a los pequeños agricultores sin capacidad instalada y logística para exportar su producto, Petalli se encarga de venderlo directamente en todo el mundo.
En cifras, Petalii que garantiza el pago al contado sin los 90 días de demora habituales en el sector y con un precio un 15% superior al del mercado, espera lograr vender más de 20 millones de tallos
En la categoría de visionarios, fue premiado Juan Pablo Ospina de 34 años, doctorando en Ciencias Agrarias de la Universidad de Caldas por su proyecto con enfoque social, Emerge, que enseña a las comunidades rurales en cómo criar insectos utilizando desechos orgánicos para producir alimentos para animales y biofertilizantes. Emerge fabrica dos productos: larvas de mosca soldado negra como alimento para pollos, pescado y cerdo, lo que ayuda a los agricultores a vender harinas a menor coste de producción, y un biofertilizante que se puede usar para cultivos y reemplazar los productos químicos.
En la categoría de pioneros fueron premiados dos colombianos, Alejandro Rendón de 31 años, ingeniero mecánico de la Universidad de Antioquia con una solución de generación de hidrógeno verde para vehículos de carga a través de una microcentral hidroeléctrica y un proceso de electrólisis. Es un proyecto pionero en Colombia reduce el 30% de los costes operativos de los vehículos al repostar con una energía más limpia y barata para vehículos de carga pesada y cuenta con el apoyo de 12 grandes empresas colombianas que van a utilizar la energía verde en 50 camiones en una prueba piloto.
Y Marybel Montoya Álvarez de 32 años, biótecnóloga del Colegio Mayor de Antioquia con un Máster en Cinecias Biológicas en la Universidad CES/EIA, quién es co-fundadora de Fungi Life, empresa que desarrolla biosurfactantes utilizando hongos, 100% biodegradable y eficiente a partir de residuos agroindustriales.
El primer piloto de Fungi Life se llevó a cabo en Vaca Muerta, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, ubicada en la Patagonia argentina donde el biosurfactante de Fungi Life demostró ser altamente eficaz, logrando una degradación de hasta el 96% de los contaminantes presentes en las aguas y suelos. Este éxito inicial ha llevado a la empresa a firmar colaboraciones con varias empresas para desarrollar más pilotos y trabajar en el reemplazo de surfactantes petroderivados por sus biosurfactantes en diferentes aplicaciones industriales.
También le puede interesar: El empresario de origen libanés que compró dos colegios en Colombia para modernizarlos