La revista Forbes presentó en diciembre pasado “Los 50 más creativos de Colombia”. Frase que debería estar entre comillas, como una norma editorial. Una sentencia tan contundente y pontificadora genera todas las dudas sobre qué encierra en realidad y cuáles son sus alcances.
“¿Los 50 más creativos de Colombia?” Habría que preguntar.
Forbes es una revista especializada en todo lo que genere dinero. Experta en conocimiento de los mercados, lugares donde se transa cualquier asunto y donde el éxito se mide en cifras y cantidad de ceros a la derecha. Sin mayores consideraciones, acostumbra a hacer lista de todo lo enlistable. Son del tipo: “Los 10 deportistas mejor pagados de la década”; “Los 5 billonarios del mundo tecnológico”; “Las 3 empresas farmacéuticas con mayor ganancia en la pandemia”, “Las cinco familias más ricas del planeta”.
Además, promueve otras listas de vanidades como: “Los 10 relojes más exclusivos de 2020”, “Los 5 restaurantes más caros del planeta” o “Los 5 yates más lujosos de los océanos”, Sin contar, por ejemplo, con los inventarios de las joyas de la familia Kennedy o de la princesa de Wales. Vaya que sí, pero… ¿La creatividad? ¿Por qué meterse en terrenos inmedibles? ¿Por qué usar ese adverbio comparativo (más) como si luego fueran a sacar una segunda entrega con los 50 menos creativos de Colombia?
En la nota de presentación de la revista, hay una frase (no es la única) que insulta la inteligencia humana. Escribe Andrés Garibello: “Este listado -que en ningún caso se dice que alguno es mejor que otro-…”, como dicen hoy lo jóvenes: obvio… casual.
¿La creatividad? ¿Por qué meterse en terrenos inmedibles?
La publicación trae en la Portada al cantante J. Balvin, a quien en letras muy pequeñas, define como El personaje creativo del año. Otros medios no tardaron en afirmar que se trataba del colombiano más creativo, con el inciso: “Según la revista Forbes”. Lo que es capaz de hacer el prestigio.
También lo llaman “El Midas del reguetón”. Más allá de la hipérbole o del lugar común, está la coherencia de Forbes de tomar el dinero como referencia para enlistar a los creativos colombianos. El resultado es una lista miserable, ¿Qué lista logra zafarse de ese calificativo? En la mayoría de los personajes, en especial en las músicas, prima el mercado que el talento o la creatividad, se reverencia a las grandes corporaciones y multinacionales que avergüenza a los creativos por venir, quizá a esos independientes que ven como se reproducen éticas y estéticas que para lo único que podrían servir es para estar en alguna lista de Forbes. Triste.
El parrafito con el que Andrés Garibello cierra su texto dice: “Sabemos que Colombia tiene muchos más de 50 creativos”. ¡Breve, bro! Exclamaría el mejor de los reguetoneros. Finaliza con: “Lo que queremos desde esta revista es promover la creatividad en un país que tanto lo necesita en estos momentos”. Si esos son los quereres de Forbes, dejar de sacar esas listas de “creativos” (y otras más) podría ser el obvio y sensato primer paso.