El último gran canje en el mundo se realizó este 2 de octubre. El presidente Joe Biden liberó a Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Campos Flores, sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente Nicolás Maduro, conocidos como los “narcosobrinos”, condenados en Nueva York a 18 años de prisión tras el episodio muy conocido de su captura en Haití por intentar traficar 800 kilos de cocaína a Estados Unidos. A cambio de ellos Maduro mandó a EE. UU. a siete presos en Venezuela: Jorge Toledo, Tomeu Vadell, Alirio Zambrano, José Luis Zambrano, José Pereira, Matthew Heath y Osman Khan. según afirmó Biden en un comunicado.
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Los cinco primeros son exdirectivos de la refinería Citgo – filial estadounidense e Pdvsa, la joya de la corona hoy en poder del gobierno interino de Guaidó-, cuatro estadounidenses nacidos en Venezuela y un venezolano residente permanente en Estados Unidos- acusados de corrupción condenados a entre ocho y 13 años de prisión. Estados Unidos ha señalado que la decisión ha sido "difícil" y "dolorosa" tras un proceso de negociación "duro" entre las partes para lograr la excarcelación de sus nacionales.
Tras la primera visita de los enviados de alto nivel de Estados Unidos a Caracas, se produjo en marzo la prinera leberación. Gustavo Cárdenas, un peso pesado de Citgo, ex vicepresidente encargado de relaciones estratégicas, quedó en libertad junto a otro estadounidense, Jorge Alberto Fernández.
Los que no son ejecuticos petroleros son Matthew Heath, un exmarine detenido hace dos años y procesado por "terrorismo". y Osman Khan es uno de los tres estadounidenses detenidos este año en la frontera con Colombia y cuyas identidades no habían sido reveladas. Ridavía quedan detenidos al menos cuatro, los exmilitares Luke Denman y Airan Berry, condenados a 20 años de prisión por supuestamente participar en un plan para derrocar a Maduro en 2020, y otros dos ciudadanos que ingresaron por la frontera con Colombia, dice AFP.
5 exejecutivos de Citgo hicieron parte del canje de 7 por 2 sobrinos de Cilia Flórez, la primera dama
Las negociaciones humanitaritas se aceleraron en Washington cuando a mediados de junio se conoció que Heath había tratado de suicidarse. Su familia, que hace parte de un colectivo de 5 llamado Bring Our Families Home -Trae nuestras familias a casa- presionó a Biden por esa liberación y la de otros que sumaban 64, según sus cuentas. De esos habría que restar los 7 recientemente canjeados. “Usted es el único que puede garantizar que se restablezca su libertad al proporcionar un mandato directo a su administración para encontrar soluciones con prontitud”, le dijeron a Biden en una carta.
El intercambio de prisioneros que siempre han causado polémica, y finalmente es el presidente quien decide. En el camino se cruzan las dificultades inherentes a la equivalencia entre el sistema judicial de las dos naciones, y muchas veces el debate se crea en torno a si el canje podría hacer que otros países detengan a ciudadanos para utilizarlos como objeto de cambio.
La medallista olímpica condenada a 9 años
Con Venezuela Biden tuvo éxito. Pero aún quedan cuatro allí, y exmarines, deportistas, periodistas, ejecutivos en otros países. Entre ellos Brittney Griner, dos veces medalla de oro olímpica, campeona de la NBA, que está en una cárcel rusa esperando una audiencia de apelación el 25 de octubre, en lo que Estados Unidos ha llamado “una farsa”. La basquetbolista de 2,09 metros que juega con los Phoenix Mercury, aprovechó la pausa de la temporada de la WNBA para ir a Rusia y jugar con el Ekaterinburgo, un equipo profesional muy exitoso en los últimos tiempos que compite en la liga premier de baloncesto femenino en Rusia. Pero en febrero fue detenida por llevar cartuchos para vapear con aceite cannabis. Griner adujo que tenía permiso de un médico estadounidense para aliviar el dolor de sus numerosas lesiones deportivas y que nunca dio positivo en un control de drogas.
En Rusia no está permitida el cannabis medicinal y Griner fue condenada a 9 años de prisión, casi la pena más alta que es de 10. Aunque los casos se llevan con mucha discreción, se sabe que el secretario de Estado Antony Blinken le propuso a su colega ruso Seguéi Lavrov canjearla junto con otro estadounidense, Paul Whelan condenado a 16 años por espionaje, por Víctor But, apodado “el mercader de la muerte” que paga 25 años de prisión en Estados Unidos. El Kremlin aumentó la apuesta, y según CNN, pidió también al checheno Vadim Krásikov. Estados Unidos se negó, Rusia se quedó callada pero no ha cerrado las puertas del canje.
El que sí tuvo éxito fue el de Trevor Reed, 29 años, exmarine, canjeado por Konstantin Yaroshenko, un piloto ruso encarcelado en Estados Unidos por tráfico de cocaína. Trevor era estudiante de la universidad del Norte de Texas y en mayo de 2019 se fue a Rusia con visa de turista a vivir con su novia, pero un año después el sueño se convirtió en pesadilla cuando fue condenado a 9 años de prisión, porque presuntamente se resistió a la detención cuando estaba ebrio y agredió a unos agentes. Tras su liberación en abril de este año, el relato de su cautiverio en el pabellón psiquiátrico es dantesco: paredes teñidas con sangre de prisioneros que se habían quitado la vida o hablan sido muertos a manos de compañeros que andaban como zombis, y tenía que defecar en un hueco en el suelo con heces que sobresalían por todas partes.
En Rusia queda Paul Whelan, detenido el 31 de diciembre de 2018 del Hotel Metropol de Moscú cuando se preparaba para la boda de un amigo. Fue desaparecido tres días hasta que su hermano gemelo puso en evidencia el hecho que involucró a cuatro países y puso una presión enorme a las relaciones de Estados Unidos con Rusia en un momento crítico, después recibió condena por espionaje.
Bring Our Families Home está decido a seguir presionando la liberación. Y ha sido muy activo. No solo buscando contacto con el presidente sino movilizando a la opinión pública. Con un inmenso mural en el barrio de Georgetown, en la capital del país, que es una obra de arte de 15 pies con 18 rostros de los prisioneros -entre ellos Griner, Whelan y Emad Shargi un joven que lleva cuatro años detenido en Irán- , hecho con papel y pegamento se ha deshaciendo con el tiempo mientras regresan los detenidos.
Biden declara emergencia nacional
Biden ha respondido. El 19 de julio formó una Orden Ejecutiva señalando como tema de “emergencia nacional” el de los estadounidenses presos en el extranjero El periodista Jason Rezaian, corresponsal de The Washington Post en Teherán y quien también estuvo encarcelado en territorio persa, fue uno de los primero en manifestarse públicamente a favor de ella. Esa orden es una extensión de la Acción Silenciosa (Lenvison Act), que creó el cargo de enviado especial para asuntos de rehenes. Actualmente lo ocupa Roger Carstens, uno de los funcionarios que ha viajado a Venezuela a reunirse con Maduro, en momentos de gran ansiedad de Biden por el crudo venezolano.
En ese mismo decreto se busca “generar condiciones legales y políticas para tomar cualquier decisión que garantice el retorno de sus ciudadanos detenidos en países extranjeros”. Esa es la ventana abierta a una liberación por vía de excepción política de Alex Saab, por la que su esposa ya está haciendo fiesta.