Es increíble que un hombre con ideas radicales, que se fue lanza en ristre contra el plebiscito, con tantos escándalos, tenga todavía fanaticada.
A pesar de eso, en Cúcuta, al menos, lo esperan con los brazos abiertos, como si fuera Justin Bieber o Luis Fonsi. La arquidiócesis de la ciudad invita al “Gran Concierto de Alabanza Adoración y Eucaristía” con el que busca conseguir recursos para ampliar la parroquia San Vicente de Paul en la frontera. Las boletas, si bien no cuestan mucho, cuestan, y resulta risible que un pastor de almas cobre por su presentación.
En el afiche promocional se informa que la boleta preferencial vale 40 mil pesos y la general 20 mil. Es un poco risible. En Bogotá nadie pagaría un peso por verlo, yo por lo menos ni porque me pagaran. En Cúcuta sí. Qué oso.