El ídolo había viajado a Pachuca para jugar un torneo de fútbol rápido. Maradona era experto en esa práctica. Sus exhibiciones convocaban a miles de personas. Era finales de la década del noventa y en la ciudad Diego Armando Maradona no era el único ídolo que paseaba por allí. Luis Miguel estaba en la cima de su carrera. Sus álbumes de bolero habían sido el éxito más impresionante en la historia de la música latinoamericana. Luis Miguel tenía la fama y era tan arrollador como Frank Sinatra en sus mejores años. Maradona no quería perderse el show. Además el representante del músico, Matías McClucksey, les dio a él y a su representante Guillermo Coppola una mesa en primera fila. Fiel a su costumbre, Maradona llegó tarde.
La mesa que le habían asignado ya estaba ocupada por otras personas. Los ubicaron en una cuarta fila y El Pelusa se enfureció. “Yo no voy a escuchar a este tipo” le dijo a Coppola. Igual el representante lo convenció y se sentó. Luis Miguel encima del escenario era imponente. Recién había cumplido treinta años y aún estaba lejos la época en donde perdió todo contacto con la realidad y, encerrado en el alcoholismo, empezó a engordar despiadadamente. Maradona igual se quedó todo el concierto. McClucksey, apenado, le dijo a Maradona que la mejor forma que encontraba para disculparse era ofrecerle todo el Champagne que quisiera. Maradona entonces ideó su venganza.
Empezó a pedir indiscriminadamente botellas y las repartía por todo el público. Cada botella costaba USD$ 700 dólares. Al final la cuenta salía en USD$13 mil. El que tuvo que pagar la deuda no fue otro que Luis Miguel. Al terminar el concierto McClucksey le dijo que Luis Miguel lo esperaba en su camerino. El ídolo del fútbol mundial estaba indispuesto. No quería saludar al mexicano. Coppola lo convenció “Diego, el muchacho es el que va a pagar los 13 mil dólares que consumimos. Maradona no tuvo de otra y subió a tomarse la foto.
Con el tiempo las dos estrellas cayeron rendidas ante sus excesos. Hoy Luis Miguel vuelve a brillar gracias a la serie de Netflix. Empezará el próximo año una gira ambiciosa en donde reverdecerá su fama. El Pelusa ahora vive en México en donde dirige a los Dorados de Sinaloa.
