Nuevos vientos de huelga que no le convienen a nadie reconoce Jaime López García, secretario del Sindicato de Trabajadores de la Industria del Carbón (Sintracarbón) y vocero de la Comisión Negociadora porque han visto que la dura presidenta de Cerrejón, Claudia Bejarano, no está dispuesta a ceder un ápice en tres puntos fundamentales de los 100 que tiene la negociación de los mineros con la empresa de propiedad de la multinacional Glencore.
Para ninguna de las partes, la situación está fácil y menos cuando hace apenas un par de años, los trabajadores y la región de la de La Guajira sintieron los rigores de una huelga de 90 días que también golpeó hasta el ministro de Trabajo de entonces, Ángel Custodio Cabrera.
El próximo domingo 18 de febrero vencen los veinte días de prórroga de la etapa de arreglo directo en la negociación de una nueva convención colectiva de trabajo y nadie vislumbra humo blanco, pese a que el pasado 18 de enero el viceministro de Trabajo, Edwin Palma visitó la región y estuvo reunido con las partes para invitarlos a que llegaran a un acuerdo de manera negociada.
Hasta el momento, no hay acuerdo sobre actualización salarial, vivienda, salud, educación, plan de ascensos, entre otros, que son fundamentales para los trabajadores y menos sobre la propuesta de ser tenidos en cuenta en el plan de cierre de la mina de explotación de carbón a cielo abierto más grande del mundo que la multinacional Glencore deberá entregar en el año 2034, especialmente, en lo relacionado con derechos pensionales, apoyo para retiro y cambio de actividad.
Otro de los puntos que distancias a Cerrejón y Sintracarbón es el plazo de 5 años de vigencia de la Convención que la multinacional minera ha propuesto, mientras que los trabajadores insisten en que se mantenga a dos años porque los precios del carbón fluctúan y las condiciones económicas de la empresa y los empleados, también cambian continuamente y con plazos cortos hay más facilidad de adaptación ante los tiempos de incertidumbre económica.
De finalizar sin acuerdo la etapa de arreglo directo, el Sindicato tiene diez días calendario para convocar, realizar y escrutar la votación directa, personal y secreta de los trabajadores entre huelga o tribunal y, de salir mayoritaria la opción de huelga, cuentan con otros diez días para declarar la hora cero.
Cualquiera de las dos opciones debe alcanzar mayoría simple, la mitad más uno de los votos depositados en las urnas. Aún dentro de los plazos de votación y declaratoria de la hora cero de huelga, la Ley faculta a las partes para alcanzar un acuerdo negociado y los trabajadores dicen estar dispuestos a sentarse con la empresa a tratar de encontrar un acuerdo.
Por el lado de la dura presidenta de Cerrejón, Claudia Bejarano, que tiene que hacer caso al mandato de la multinacional Glencore, dueña de la mina de carbón aceptar las peticiones de los trabajadores no parece estar en su agenda por el momento. Por el contrario, Bejarano se la está jugando al ofrecerles a los trabajadores un bono de 30 millones de pesos durante la vigencia de la convención que ella propone a 5 años por la firma de la Convención, es decir, un monto de 6 millones de pesos por año.
Aunque algunos de los trabajadores ven tentadora la propuesta, los miembros del Sindicato advierten que eso no es novedad porque en 2018, después de los 90 días de huelga, obtuvieron un bono de 8 millones pesos por dos años, es decir, 4 millones de pesos por año, cifra que, comparada con la propuesta de Cerrejón, no ofrece avances significativos para ellos.
Trabajadores no le cantan la tabla, sino un vallenato a la Presidenta de Cerrejón
La Convención Colectiva de Cerrejón cobija a 5.200 trabajadores de la empresa, donde 4.150 son de áreas operativas y ganan en promedio 1,9 salarios mínimos legales vigentes. El 20 % del personal de la empresa, según los cálculos de Sintracarbón, equivale a unos 1.000 empleados que ganan más de 100 salarios mínimos, en promedio.
Ante las brechas, en vez de cantarle la tabla, decidieron plasmar sus peticiones a punto de vallenato como en este video que circula en redes sociales.
Las vicisitudes de Glencore en Colombia y otras partes del mundo
En agosto de 2023, el presidente de Suiza, Alain Berset, se reunió con el presidente Gustavo Petro para tratar precisamente el tema de las limitaciones a la expansión de la actividad minera de la compañía con sede en ese país y ambos, coincidieron en tratar de hallar una salida concertada a esa coyuntura.
Sin embargo, la compañía avanza con la estrategia de cierre y entrega de operaciones que incluye terminar los títulos mineros y entregar las operaciones, lo que es usual en ese negocio. Los contratos están vigentes hasta febrero de 2034, pero la empresa debe evaluar riesgos, tomar medidas, estimar costos y hacer provisiones financieras.
Para acabar de ajustar, con vallenato o sin vallenato, para la multinacional dueña de Cerrejón, la mina en Colombia no es la única que le está dando dolores de cabeza y por eso acaba de anunciar que venderá otra de sus propiedades, una mina de Níquel que tiene en Nueva Caledonia, territorio controlado por el gobierno de Francia.
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