Daniel Sancho tardó tres horas en desmembrar el cuerpo de Edwin Arrieta. Así lo confesó el atlético joven español a la policía de Tailandia, un par de días después de su captura. Mantenían en secreto y desde hacía un año una relación amorosa por gusto y obsesión por parte del cirujano y por interés económico por parte del español. Todo acabó y cambió para ellos dos y para sus familias el 2 de agosto de 2023. Un día después de que Arrieta llegara a Tailandia para encontrarse una vez más en medio de un bacanal con el joven del que ya estaba enamorado.
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El juicio y el proceso contra Daniel Sancho duró el mismo tiempo que duró la relación prohibida, como la llamaba el mismo Arrieta entre sus amigos: un año y unos días más. La condena a cadena perpetua se conoció este 29 de agosto. Aunque según las leyes tailandesas Daniel Sancho se exponía a pena de muerte, la confesión y la no presión de los abogados de la familia Arrita lo dejaron con vida. Ahora los Sancho piden que Daniel pueda purgar su pena en España a más de 10 mil kilómetros de donde ocurrió el escabroso homicidio que le ha dado la vuelta al mundo.
A parte de morir en prisión, la justicia tailandesa le ordenó a Daniel Sancho indemnizar a la familia Arrieta Arteaga. Sancho no les pagarán los 700 mil euros que pedían los abogados tailandeses ni los 400 mil que exigía la familia con su abogado Juan Gonzalo Ospina. La indemnización que recibirán los familiares del médico no superará los 500 millones de pesos colombianos.
La muerte de Edwin Arteaga dejó pobres a sus familiares
Después de especializarse en cirugía plástica, la vida trató muy bien al médico nacido en Lorica, un pequeño pueblo de córdoba, donde creció y donde siguen sus humildes padres, Ana Marcela Arteaga y Leovaldo José Arrieta, quienes vivían de la mano del exitoso hijo médico, quien podía hacerlo sin problema porque sus ingresos, según su hermana Darling, quien manejaba sus cuentas y sus agendas, superaba mes a mes los $50 millones.
Tras la muerte del doctor Arrieta, quien al igual que Daniel Sancho, mantenía una doble vida, su familia, que solo se compone de sus padres, su hermana y su sobrina, quedaron desamparados. Todos dependían del dinero del doctor cordobés. Don Leovaldo Arrieta, quien actualmente tiene 77 años y quien levantó a la familia con un pequeño local de reparación de radio y televisores, había dejado atrás su profesión por pedido de su hijo, quien al ver su éxito decidió darle una mejor calidad de vida a su familia, a quienes consentía, al igual que lo hacía con sus amores escondidos, como ocurrió con Daniel Sancho. El doctor Arrieta también veía por Darling, su hermana y madre soltera de una hija, a quien Edwin Arrieta consideraba como responsabilidad suya.
Desde que ocurrió el brutal asesinato, don Leovaldo, con sus dolencias y sus tantos años encima, volvió a abrir el viejo local de reparaciones eléctricas con lo que intenta hacer para el sustento diario, dinero que se junta con la pequeña pensión de maestra de doña Ana Marcela. Darling tampoco ha podido ubicarse laboralmente porque todo este tiempo ha estado entre Colombia, España y Tailandia, pendiente del caso judicial y de la suerte de Daniel Sancho y de que se hiciera justica con la muerte de su hermano, caso que ya terminó y que a parte de quitarles a su ser querido y su benefactor, les dejó unos cuantos millones, que aún no les han pagado, con los que tendrán que hacer vida.