Tres comandantes del ELN nunca estuvieron convencidos de la negociación con el gobierno Santos que comenzó en Quito en 2016. Consolidaron su poder militar y económico en tres zonas históricas de la guerrilla: Arauca, Catatumbo y Chocó. Aunque aceptaron la negociación de Quito, nunca participaron activamente en el dialogo y en sus zonas continuaron con actuaciones de guerra, desde que se rompió el cese al fuego bilateral. Pablito, con más de 30 años en la guerrilla, es el comandante del Frente Domingo Laín, en Arauca; Gonzalo Satélite lleva 20 años militando y es el comandante del Frente Juan Fernando Porras Martínez en la zona del Catatumbo; y el Comandante Uriel, cabeza del Frente de Guerra Occidental, tiene más de 10 años en la guerra.
Pablito, comandante del Frente de Guerra Oriental, Domingo Laín
En el Sararé (Arauca) todos saben quién es Gustavo Giraldo, alias Pablito. Recuerdan que fue guerrillero desde que tuvo conciencia. Sus padres, provenientes de Antioquia, llegaron a Arauca y en el año 78 se alzaron en armas junto a un grupo de campesinos después de que el gobierno de Turbay les incumpliera con la promesa de resolver y titular la tierra en la que vivían y habitaban. Ese año fundaron el Frente Domingo Laín, hoy convertido en la estructura militar más importante del ELN, con 500 hombres armados y 1.500 milicianos.
Pablito es el estratega que ha encabezado los atentados a la infraestructura petrolera en Arauca. Después de que se terminara el cese al fuego con el ELN, dos ataques al oleoducto Caño limón – Coveñas marcaron una nueva ola de enfrentamientos y acciones militares en Arauca. Según Pablito, el ELN “tiene toda la voluntad de entablar los diálogos dentro de una correspondencia en el reconocimiento por el Estado de nuestra vigencia y de nuestra realidad revolucionaria. A lo que el Estado a veces trata de confundir, enredar y mal informar. El ELN no está dispuesto a un sometimiento. El ELN está planteando una negociación política. Quieren vernos como unos terroristas y no lo somos”.
Gonzalo Satélite, comandante del Frente Juan Fernando Porras Martínez
Lleva más de 20 años en el ELN y tiene el control de los 6.520 kilómetros cuadrados que conforma la región del Catatumbo, en Norte de Santander. Su verdadero nombre el Leonel Salazar Roa y está a cargo de toda la red de narcotráfico de la guerrilla en esa zona. El comandante guerrillero tiene bajo su mando más de 100 hombres y mujeres armados, más la red de apoyo que lo cuida cerca de la frontera con Venezuela.
Sin embargo, el gran negocio del ELN en el Catatumbo no es el narcotráfico. Según VerdadAbierta.com, Gonzalo Satélite, que está en la mira de las Fuerzas Armadas desde hace dos años, llegó a robarle a Ecopetrol hasta 2.000 barriles diarios de crudo. Instaló más de 100 válvulas en el oleoducto Caño Limón – Coveñas para procesarlo artesanalmente. Incluso, llegó a tener más de 12 refinerías clandestinas. Pero Gonzalo Satélite también tiene una pelea cazada con ‘Los Pelusos’, una banda criminal con integrantes del EPL. Aunque el gobierno nacional dice que son cerca de 200 hombres, otras fuentes en la zona aseguran que Los Pelusos ya son más de 1.000 hombres dedicados al narcotráfico y el contrabando de crudo.
Después de que el ELN iniciara los diálogos de paz con el Gobierno Nacional, pues en el Catatumbo no sabían si el comandante guerrillero se acogería a las decisiones del Comando Central. Después de firmado el cese al fuego, Satélite se ajustó a las órdenes y ha apoyado el proceso de paz, aunque todavía queda la duda de si estará dispuesto a dejar los negocios que tiene en la zona si se llegara a un acuerdo final.
Comandante Uriel, Frente de Guerra Occidental Ómar Gómez, Chocó
A mitad de diciembre uno de los hombres más poderosos del ELN en el Chocó logró convocar a más de 300 personas para hablar sobre las negociaciones de la guerrilla con el Gobierno. A pesar de que el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, intentara detener la reunión, el Comandante Uriel logró reunirse con la gente en el Alto San Juan.
El comandante fue quien tuvo secuestrado al excongresista Odín Sánchez, condenando por parapolítica. Pero Uriel no es el guerrillero que se esconde en la selva y se mantiene en total clandestinidad. A diferencia de los otros comandantes, se manifiesta públicamente a través de un blog en el que publica crónicas e información sobre la forma en la que se mueve el Frente en Chocó. De hecho, Uriel se considera la voz editorial del ELN. Pero su poder no solo radica en la palabra, la minería ilegal en el departamento es mucho mejor negocio para la guerrilla que el narcotráfico y solo en Condoto se producen 1.600 millones en una semana.
Uriel ha sabido usar las redes sociales para difundir su posición sobre los diálogos con el gobierno. El 8 de enero, un día antes de terminarse el cese al fuego bilateral, publicó un video en su cuenta de Twitter en el que denunciaba el despliegue militar de 2.100 soldados enviados a Tumaco. Para El comandante, estos también fueron actos de guerra que violaron el cese. Sin embargo, también ha publicado comunicados en los que mantiene su apoyo al proceso de paz. Su mayor crítica se centra en la participación social de la población civil, pues según él, la gente no tiene voz alguna en las decisiones.
El gran reclamo que hace el comandante es la muerte de líderes sociales. “Hay más muertes de líderes sociales en el gobierno, llamado el gobierno de la paz, que en los que se caracterizaron por ser los guerreristas”. Además, para Uriel la participación civil es fundamental para avanzar en los diálogos de Quito, lo que respaldaría un acuerdo que no pueda ser, según él, desbaratado en el Congreso como pasó con el de las FARC.