Gustavo Petro fue uno de los presidentes que mayor atención captó en una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) plagada de notables ausencias. En una de sus declaraciones contó que la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, le pidió que entregara todo el armamento ruso que hubiera en el país para ponerlo al servicio de las tropas que combaten la invasión a Ucrania que el próximo 24 de febrero cumplirá un año. El presidente fue tajante y advirtió que, antes de hacerle caso al gobierno Biden, prefiere convertir este armamento en chatarra.
Colombia tiene desde noviembre de 1997, al final del gobierno de Ernesto Samper, una flota de 25 helicópteros rusos MI 17, vitales a la hora de transportar tropa en plena guerra contra las FARC. Son capaces de transportar 24 soldados por cada aeronave. Cada uno de estos helicópteros costaba en esa época 50 mil dólares, toda una ganga sabiendo que un Blackhawk norteamericano costaba 50 mil dólares.
El gran problema que tienen estos helicópteros es que ya tienen las suficientes horas de vuelo como para que tengan mantenimiento pero debido a la guerra de Rusia con Ucrania no han podido llegar desde Moscú repuestos. Fuentes hablan de otro material ruso reservado que estaría bajo la custodia de la Primera División del Ejército, con sede en Santa Marta.