Pese a la confianza maltrecha, proteger la vida de Luis Manuel Díaz, papá del futbolista Luis Díaz secuestrado por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de otros 220 plagiados en el país es lo que ha llevado a dos obispos católicos, Francisco Ceballos y Héctor Fabio Henao, literalmente, a mover montañas para lograr al menos una liberación.
Fiel a sus principios y sus votos de obediencia, monseñor Francisco Ceballos, obispo de Riohacha aceptó la misión que le encomendó el recién nombrado cardenal, Luis José Rueda Aparicio, de acabar con el suplicio vivido por Mané Díaz durante sus 12 días de secuestro y regresarlo a los brazos de su familia y su comunidad en Barrancas, La Guajira, donde desde hace 30 años, enseña a jugar fútbol a los niños y le enseñó a su hijo, Luis Díaz, hoy estrella del equipo Liverpool de Reino Unido.
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Según su relato a Caracol Radio, monseñor Francisco Ceballos, tuvo que mentirle a la prensa y a todo el mundo para mantener la total discreción que le exigía la responsabilidad de facilitar el proceso de liberación en el que los miembros del ELN pusieron toda clase de condiciones, solo aceptaron la presencia de miembros de la Iglesia Católica, de la ONU y rechazaron a funcionarios de la Defensoría del Pueblo, liderada por Carlos Camargo.
En medio de las tensiones de la desafiante acción violatoria del cese del fuego por parte del ELN, monseñor Ceballos recuerda que este jueves 9 de noviembre fue un día agitado, traginado que le demandó un gran desgaste físico y mental tras tomar un avión a Valledupar, luego subir a un helicóptero y soportar un difícil aterrizaje en medio de una montaña con los otros miembros de la misión humanitaria, entre ellos, monseñor Héctor Fabio Henao, delegado por la Conferencia Episcopal de Colombia para las relaciones Iglesia-Estado.
Monseñor Francisco Ceballos se había quedado un poco atrás del grupo para atender temas personales y aparecieron algunos guerrilleros con su víctima. Según su relato, el encuentro con Manuel Díaz fue alegre, efusivo, pero se le veía cansado, maltrecho, cojeaba al caminar y era evidente que había sufrido física y psicológicamente. Al recibirlo, cruzaron pocas palabras, monseñor Ceballos le dio la bienvenida a la libertad y lo bendijo.
ATENCIÓN ✅| Tras la liberación del señor Luis Manuel Díaz, Mons. Omar Sánchez Cubilllos , arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, envía un mensaje en nombre de todos los obispos del país.
— Conferencia Episcopal de Colombia (@episcopadocol) November 9, 2023
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El Monseñor de las mil paces
El otro obispo en este doloroso proceso que tuvo en sus manos la responsabilidad de llevarlo a feliz término fue Héctor Fabio Henao, el monseñor de las mil paces porque desde que estuvo durante varias décadas como Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana de la Conferencia Episcopal, ha estado acompañando, no negociando, dice, procesos de paz con grupos armados ilegales de todo tipo que van desde bandas de barrio hasta guerrilleros y paramilitares.
Hoy, monseñor Henao junto a monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente da la CEC y a monseñor Darío Monsalve Mejía, arzobispo emérito de Cali, y por designación del presidente Gustavo Petro, acompañan a la mesa de negociaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN.
En varias ocasiones y en todos los tonos, monseñor Henao ha aclarado que el papel de la Conferencia Episcopal y el suyo no es de negociador sino de acompañante de este proceso que actualmente atraviesa una crisis porque el país espera también la liberación de otros 32 secuestrados, según el negociador Otty Patiño, y 241 personas anónimas que según las cuentas de monseñor Francisco Ceballos, deben ser liberados ya.
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