Han pasado 11 años y el recuerdo de los disparos sobre el cuerpo del que fuera alcalde del municipio El Roble en Sucre, Edualdo León Díaz Salgado, siguen vivos e intactos en la memoria de su familia. Tanto, como cuando se paró en medio de la muchedumbre con un calor asfixiante en pleno Concejo Comunitario del entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez, en Corozal (Sucre), y le gritara a voz en cuello: “¡Señor presidente, a mí me van a matar!”.
Lo dijo en marzo de 2003 y en menos de un mes, exactamente el cinco de abril, fue raptado y en la cábala de la guerra, cinco días después, apareció su cuerpo sin vida a tres kilómetros de Sincelejo, la capital del departamento de Sucre. En esa zona ganadera de tradición paramilitar, Díaz había sido uno de los pocos alcaldes elegidos por el Polo Democrático; apoyado, entre otras cosas, por el entonces senador Gustavo Petro y el hoy electo senador Antonio Navarro Wolff, quien para la época era candidato presidencial.
Edualdo presentía todo. Incluso el poco tiempo de vida que le quedaba, como quien escucha el estornudo antes de que las fosas nasales se dilaten en el estruendo respiratorio. Sabía sus tiempos con dolor y no renunció a ellos. En febrero fue destituido. En marzo le dijo al Presidente Uribe y al país entero por televisión que lo matarían y el 10 abril apareció su cadáver como prueba.
Los peritos encontraron la credencial de alcalde en su pecho, aquella que llevaba puesta el día que fue a los juzgados de Sincelejo para resolver sus líos jurídicos por presuntos malos manejos de dineros públicos en El Roble. Pueblo sabanero, que vivía polarizado por sus adversarios políticos que lo habían empapelado hasta hacerlo suspender por una supuesta celebración indebida de 10 contratos, prevaricato y extralimitación de funciones.
En una carta que el exfuncionario le hizo a su hijo, encontrada mucho tiempo después aparece un fragmento revelador: “Con la ayuda de Dios todo va a salir bien, pero tengo mis dudas de todos modos, si algo me pasa vete inmediatamente para Venezuela con tu mamá, pero antes avísale al resto de la familia que los responsables son los procuradores, Arana y el complot de los politiqueros de El Roble, no confíes absolutamente en nadie (...)”.
El alcalde de El Roble, dejó algo claro: si a su vida le pasaba algo era responsabilidad de Salvador Arana, quien había sido electo como gobernador de ese departamento en el año 2001. Así lo dijo y así sucedió. Arana quien era el director de los destinos de ese departamento ganadero y lechero, fue señalado en varias oportunidades por Edualdo como el gobernador más corrupto de esa zona del país. Tal vez eso le costó la vida.
Pese al asesinato del alcalde del Roble, a sus denuncias, a los señalamientos en sus cartas y a las suplicas en plena televisión nacional al Presidente Uribe para que lo ayudara y no lo dejara matar: Uribe Vélez nombró a Salvador Arana en el cuerpo diplomático de la embajada de Colombia en Chile.
Tiempo después, la Fiscalía comenzó de manera lenta la espinosa investigación. Todo indicó que la orden de matar al alcalde de El Roble, la dio Arana en el Restaurante La Becerra en Sincelejo. Paso a paso sus órdenes se cumplieron al pie de la letra y de sangre. Allí uno de los meseros, Diógenes Mesa Villacob, quien meses después fue asesinado, le contó a los investigadores de la Fiscalía que Arana le gritaba a ‘El Cocha’, sicario del jefe paramilitar ‘Cadena’: "¿Y ustedes que hacen aquí, por qué no están cuidando al Alcalde?".
Esa misma muerte tiene hoy presos a los exsenadores Álvaro García Romero y Eric Morris, relacionados por Jairo Castillo Peralta, quien fuera para entonces el chofer de Arana y quien presenció varios encuentros entre Arana, García Romero, Morris y los paramilitares, como determinadores de masacres y asesinatos. Un contubernio venenoso que produjo tantas muertes viles de personas valientes como la de la Fiscal Yolanda Paternina, quien se atrevió a quitarle el velo del mapa genético a la fatídica estructura mafiosa y criminal de los políticos en Sucre.
Curiosamente, el Fiscal General por ese entonces, Luis Camilo Osorio, en un documento con referencia 5526 afirmó que sospechaba “de la sinceridad de los denunciantes de Arana y todo se resume en un grupo político que lideraba Julio Cesar Guerra Tulena- hoy gobernador de Sucre- que estuviera detrás de los señalamientos”.
Arana hoy está tras las rejas con una condena de 40 años de cárcel por parte de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Sin duda, la imagen del alcalde de El Roble se quedará en la memoria de los colombianos. Edualdo Díaz fue una de las pocas personas que se atrevió a pedir por su vida ante el camino imparable de la muerte y con el testigo imborrable de la televisión.
El día de hoy terminará y el hijo mayor de Edualdo Díaz- Juan David- llevó flores a su tumba como de costumbre en el cementerio Jardínes de la Esperanza en Sincelejo, con la tranquilidad de que existen nueve personas condenadas por el asesinato de su padre y con la idea de que Álvaro García ni el exgobernador Salvador Arana ya no están en la política sucreña.
Video del alcalde de El Roble, suplicándole por su vida a Álvaro Uribe Vélez: