Yo no quería escribir sobre este tema. Eso de manejar un perfil público y tener ese oficio de “opinar” es divertido, pero también conlleva responsabilidad. Por eso, precisamente, porque es lo responsable. Al final decidí escribir esta reflexión acerca del Lollapalooza y lo que siento que está pasando en Colombia después de revelar el lineup incompleto del evento. He leído todo tipo de artículos: el de Las2Orillas de gente influyente y llena de sarcasmo, los de Metrónomo apoyando el festival,y hablando de la democracia y de traer una gran variedad de géneros (se nota que el autor aprendió de democracia en el libro Civilización IV, pero esa es otra discusión que no vale la pena entablar) y otros tratando de instruirnos acerca de la música que va a sonar y por qué en realidad el lineup funciona usando el copy “¿Ya sabe a qué suenan los artistas del Lollapalooza Colombia 2016? Tranquilícese, pase, oiga las propuestas y comente”. También he leído tweets llenos de odio, otros sarcásticos que me han hecho reír, y otros en los que se nota que hay un apoyo sincero al festival. Hay de todo, y por lo que veo, y lo que en realidad me preocupa, es que cuando observas más desprecio y crítica que defensa y pasión frente a un evento tan importante como este, lo que puede resultar es el entierro de grandes iniciativas nacionales para traer bandas de todo el mundo a exponer sus propuestas en las tarimas colombianas.
Empecemos por lo bueno. Hay muchas cosas excelentes de este festival en comparación con otros eventos locales. Después de muchos años de espera, los organizadores lograron hacer el evento en Bogotá, no en el potrero que en realidad es más cerca a Chía que a Bogotá para luego del festival rogarle a un taxi carísimo que lo llevara a uno a la casa. ¡Excelente!. La logística del Simón debe ser compleja pero creo que vale la pena intentarlo en ese escenario y estoy seguro que muchos de nosotros, los asistentes a estos eventos, estamos felices de no tener que pensar en el transporte. También chévere lo del Kidzapalooza en el que los niños menores de 10 años entran gratis; lo de las zonas para personas en condición de discapacidad y lo del Lolla Verde también está una nota. Que chévere ver que los organizadores son muy buenos y tienen un nivel de planeación muy alto, pensando en todo y en todos innovando también ofreciendo más métodos de pago.
En cuanto al lineup, las cosas no son tan positivas. Yo no conozco la mayoría de los artistas. Sería chévere conocerlos, por qué no, pero por el precio no me animo a ver a Wiz Khalifa ni a Disclosure ni a Lana del Rey que son los que conozco. No soy experto en festivales, no he ido a un Lollapalooza, pero sí he ido al Estereopicnic del 2014 --el mejor creo yo-- y por eso me preocupa que tantas personas cercanas estén decepcionadas con el cartel de artistas. Está muy bien apoyar la industria local, me encanta ir a conciertos de bandas pequeñas --aunque no lo hago muy seguido porque prefiero ver Netflix que salir-- pero el principal comentario que he visto es que ya nadie quiere ver ni a Monsieur, ni a Esteman ni a Bomba ni a Diamante ni a Dr. Krapula. Obvio nadie los quiere ver (en un Lollapalooza), o más bien nadie los quiere volver a ver, no es algo personal, y por eso la sensación al comparar la edición local con los carteles de cualquier otro de estos festivales, es que nos están metiendo un relleno y nos dan ganas de vender la boleta, o mucha felicidad de no haber invertido en un evento inflado y no tan bueno como pensábamos.
Lo que no es central a la reflexión, y lo que sí vale la pena discutir --y que estoy seguro se está discutiendo ahora mismo en las mesas de trabajo de los organizadores-- es cómo asegurar que la inversión se recupere y que aumente para poder seguir con el festival el otro año. Y es que al paso que vamos, según lo que he observado, los que quieren ir comprarán boletas revendidas de los “early birds” decepcionados. Eso no puede ser bueno para el negocio. Creo que hubo un descache en el target del festival: era la oportunidad de hacer algo diferente y no hipster, y parece ser que el festival se fue por esas ramas. Es jodido conseguir que las bandas que uno quiere vengan y estoy seguro que se hicieron negociaciones con otros artistas más reconocidos que al final no se pudieron concretar o por agenda o plata o algo por esas líneas, estoy seguro que en Colombia no tantos conocen a Wiz Khalifa. También estoy seguro que no queremos que nos metan las mismas bandas en festivales con identidades diferentes y que ya nadie quiere ver a (insertar bandas que están repitiendo aquí) de nuevo. Bien por las bandas nacionales nuevas, eso es mucho más alentador que volver a ver a Bomba Estereo, que me parce buena banda, y ya no quiero ver por tercera vez.
No sé cómo les esté yendo en realidad con las ventas, quizás lo que digo es pura especulación, pero por lo que veo, los artículos que buscan tranquilizarnos e instruirnos musicalmente de los artistas que vienen (cosa que NO ha pasado nunca antes, aunque la gente no conociera las bandas) y las entrevistas en radio justificando el cartel, me hace pensar que las cosas no andan muy bien y que mucha gente, mucha más gente que nunca (porque siempre hay indignados) critica un lineup que no cumple con las expectativas.
Les deseo la mejor de la suerte para que el festival salga bien y vendan mucho. De corazón, qué nota que traigan artistas de talla internacional y que nos den la oportunidad a muchos de ir a conciertos inolvidables a lo largo de todos estos años. Ojalá no empiecen a regalar boletas por todo lado porque la gente no las compra, y ojalá el próximo Lolla sea inolvidable y venga Radiohead. Recuerden que la primera vez nunca es como la imaginas.
