Desde el momento en que un colombiano queda en situación de discapacidad se debe someter al vaivén de las instituciones, causando que los trámites para la pensión por invalidez sean una cruz más en un camino al calvario que parece nunca acabar. Todo esto debido a que la gran mayoría de instituciones no quieren verse afectadas económicamente al tener que otorgar un derecho a sus usuarios.
Para entender este tema daré el ejemplo de mi caso. Yo perdí la visión de mi ojo izquierdo y mi ojo derecho está muy afectado debido a una enfermedad progresiva que padezco desde mi infancia llamada queratocono severo. Al día de hoy llevo 5 cirugías en mis ojos.
Pues bien, para comenzar el proceso, la junta médica hizo la remisión de mi caso al área de medicina laboral (la cual es la encargada de dar el concepto de rehabilitación y orientar el proceso de calificación laboral), en ese momento comenzó mi viacrucis.
En Sanitas el área de medicina laboral se encuentra tan distante del usuario que su único canal de comunicación es el correo electrónico, haciendo que mi proceso fuera tan poco práctico y con pobres resultados, al punto de que ni siquiera respondían a mis correos. Y para lograr que esta área diera respuesta fue necesario hacer un derecho de petición por medio de la Personería de Bogotá. Y lo peor de todo es que por contestar de afán al derecho de petición hicieron mal el concepto de rehabilitación, dando uno favorable, o sea que para esta área de la EPS yo nunca perdí la visión de mi ojo izquierdo y mi ojo derecho está de maravilla.
Mejor dicho, el área de medicina laboral me devolvería la vista y haría lo que sus especialistas no pudieron hacer: ¡milagros! Aclaro que los especialistas que me trataron son dos de los más reconocidos en el área de oftalmología en Colombia y además son excelentes profesionales, pero según el área de medicina laboral yo sanaría por medio de sus emails.
No obstante, la encargada de medicina laboral me llamó a mi celular molesta por haber acudido a la Personería. En la llamada pude constatar que ni siquiera tenía conocimiento de mi caso y no sabía de mi pérdida de visión, lo cual la dejó sin argumentos y debido a esto cambió su concepto de rehabilitación
Luego de esto vino el trámite con el fondo de pensiones, en mi caso Old Mutual, que siendo privado asigna citas a los 30 días, ¡peor que el Sisbén! Este a su vez remitió el caso a Global Seguros, una aseguradora, para realizar la calificación laboral. Después de dos meses se emitió un concepto técnico sin ningún profesional de oftalmología. Y como no alcancé el puntaje requerido para acceder a la pensión, se remitió mi caso a la Junta Regional de Calificación, la cual al día de hoy, después de un mes, no me ha dado respuesta alguna. Aún así puede que mi caso sea remitido a la Junta Nacional de Calificación. Mejor dicho, este viacrucis aún no termina.
Y este no es solo mi caso, en este proceso he conocido un gran número de personas discapacitadas que han perdido su pensión o qué aún no han recibido respuesta alguna.
Lo peor de todo es que las EPS no brindan información alguna sobre cómo se debe realizar el proceso, retrasando los trámites de los usuarios y aprovechándose muchas veces de su falta de conocimiento y de su condición de discapacidad para poder vulnerar su derecho a la pensión.