Las organizaciones comunitarias de la localidad de Rafael Uribe se movilizaron a la Minga Carnaval, con el fin de visibilizar la necesidad de cuidar la cuenca de la Chiguaza cuerpo hídrico que nace en el páramo de Camanaos y es tributario del rio Tunjuelo.
El 14 de agosto diversas organizaciones culturales, ambientales, juveniles y de comunidades eclesiales de base se dieron cita en el “Pozo de Agua” del barrio Rincón del Valle, para evidenciar los usos tradicionales que dan los habitantes del sector al manantial que nace de la montaña. Allí sembraron dos arboles de aliso y cedro, conjunto de la realización de cantos al agua con el fin de dar inicio a la jornada de movilización, donde las expresiones culturales exaltaron la importancia de cuidar el agua como fuente de vida.
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Posteriormente, se trasladaron en comparsa hasta la “Piedra del Amor” para resaltar las cualidades de la cuenca, la cual nace en el páramo de Camanaos o Cruz Verde descendiendo por las localidades de San Cristóbal, Rafael Uribe, Tunjuelito y Ciudad Bolívar. Pero además, hablaron sobre la necesidad de construir el territorio hidrosocial de la Chiguaza, como forma organizativa de expresión comunitaria y ambiental, que permite organizar el territorio para la vida digna y el vivir sabroso.
Seguido, visitaron el mural ambiental construido de manera comunitaria, donde los jóvenes representaron las especies endémicas de diversos ecosistemas del país, entre ellas la tingua, el pez capitanejo, frailejones, mangles y morichales, sumado a la representación de los cerros tutelares de Juan Rey, el Elefante, el Zuque, y el cerro de Guacamayas. En la próxima parada hicieron el acto de renombrar al parque lineal con el nombre de la Chiguaza, como manera de emplazar y hacer justicia ambiental para el territorio, allí mismo, narraron el mito ancestral de la quebrada y compartieron un espacio teatral construido por las jóvenes del barrio.
En continuidad ascendieron hasta la sede de CEDECO, en donde la comunidad religiosa y los jóvenes hicieron una apuesta performativa donde denunciaban los impactos ambientales sobre el agua, el territorio y la vida de las comunidades. Allí mismo se hizo el pacto por agua, para lo cual brindaron con el agua recolectada en los nacimientos ubicados en las partes altas de la localidad.
Por ultimo, se reunieron en el parque del barrio Palermo donde diversas agrupaciones artísticas amenizaron el espacio con muestras de rap, música popular Latinoamérica, bailes tradicionales y urbanos, sumado a otras apuestas teatrales. Es importante resaltar que las narrativas que manejaron las apuestas reivindicaban el derecho a vivir sin sexismos, violencias, aunado al derecho a la justicia ambiental y social en los territorios.
Finalmente agradecer a las organizaciones comunitarias Casitas Bíblicas, Colectivo Épsilom, Escuela Ambiental Kimy, CEDECO, Compas, Renacer Afrocolombiano, CEPAC y al Corredor socioecológico y cultural la Chiguaza, por agenciar espacios para el encuentro comunitario, el fortalecimiento de las propuestas territoriales y el cuidado integral de los ecosistemas del sur oriente de la ciudad, todo bajo el lema “El agua no se vente, se cuida y se defiende”.