Tengo un primo que viajó al partido contra Brasil y eso ha subido fotos como loco desde ayer. Aparece con la camiseta de la selección pegada a su voluminoso abdomen. El está confiado en que “hoy le metemos la mano a Brasil” creo que, siendo las 12 del día, ya está borracho. Pidió un préstamo para ir con la amante y, mañana, se despertará con un guayabo infame y con el recuerdo de esa goleada que le va a pegar Brasil a Colombia.
El equipo de Tite lleva nueve partidos seguidos ganando. Es una máquina. Ha ganado los últimos cuatro partidos que jugó de visitante y goleó a la Argentina de Messi 3x0. Esto no es un clásico, ni un duelo, es más bien una pelea de tigre con burro amarrado. Colombia jugando con los grandes solo ha podido: empatar los dos partidos contra Chile, perder 3x0 con Uruguay en Montevideo y empatar 2x2 en el Metropolitano, con Argentina perdió los dos partidos, incluida la goleada de visitante y contra Brasil 2x1 allá en un resultado estrecho porque iba a salir goleado.
No nos llamemos a engaños. Colombia se arruga con los grandes y si vamos al mundial fue por haberle ganado a Bolivia y a Ecuador. Con Venezuela sub 23 casi perdemos. No sé porque mi primo y todos los colombianos que no saben de fútbol rebosan tanto entusiasmo y optimismo. Será porque no saben, porque la ignorancia los hace felices. Los que sabemos que no hay opciones que Brasil de Neymar nos mete la mano en el Metro y con todo.