Como habitante de Leticia, pero originario de Bogotá, no pretendo hacer un refuerzo sobre las construcciones e imaginarios de los centros-periferias, ni implantar la idea que Leticia deba avanzar hacia el modelo de ciudad del interior del país ni de otros lados del planeta. Sencillamente pretendo dar a conocer una serie de inasistencias y descaros por parte del gobierno departamental en los servicios básicos que se deben garantizar a la población.
Si usted es de las personas que se imagina a Leticia como una vereda en medio de la selva, con “jaguares y casas improvisadas en medio de la insanidad de la selva”, está desubicado. Leticia antes de su adhesión al territorio colombiano, ha sido una región que se mueve por medio de las bonanzas, lo que genera migraciones por parte de colonos de diferentes lados de Colombia, lo que ha hecho que sea un municipio con más de 40.000 habitantes donde prevalece la población indígena. Se caracteriza porque lo que más recuerda la mayoría de gente sobre el gobierno central es la construcción de una carretera a medias, y el hecho que trajo a Carlos Vives y Shakira, lo cual es un indicador de lo buen gobernante que fue.
Las migraciones y el establecimientos de “élites familiares” de paisas, costeños, huilenses, entre otros, creó el vehículo de lucro para muchas familias. La red de corrupción es tan grande al igual que en el resto del país, qué sumado a las roscas locales, el aislamiento geográfico, el letargo de lo/as habitantes, y la conducta conformista “lideres” y “desobedientes sociales” ante la firma de un acta de compromisos o las prebendas electorales, ha creado un contexto de crisis social y representativa.
Luego de este breve contexto, hablemos ahora de los principales problemas. 'Empuamazonas' hasta hace poco era la empresa (de donde el vicepresidente de la República es socio) encargada de la recolección de basuras en el municipio y de suplir el servicio de agua a las viviendas conectadas a la red. En un acto de inconformidad de la población por las fallas en la recolección de basura y el suministro del líquido, presionó a la alcaldía a liquidar el contrato. Bien por ese lado, pero no contaba con la inoperancia del alcalde, no hay plan de contingencia, es más no se cuenta con un relleno sanitario adecuado para las condiciones ambientales de la ciudad, generando muchas controversias por los impactos ambientales que genera y las implicaciones sociales y de salud sobre la población indígena que colinda con este predio. Hay lugares de Leticia donde no se recoge basura por más de 20 días, y la respuesta de la alcaldía es que la misma gente debería llevar su basura al relleno sanitario. El pueblo está sin suministro de agua (que nunca ha sido apta para el consumo), creando problemas de salud y bienestar. Tercero, la famosa carretera, fue recuperada por la misma selva, derrumbando un “puente” , dejando incomunicado a muchas comunidades y demás habitantes de esos sectores. El alcalde en este punto, aseguró diligencia, pero a pesar de las presiones populares y jornadas de paro cívicos y el continuo engaño y falsa promesas que la gente se empeña en seguir creyendo, no se ha hecho nada...
De manera general estos son algunos de los problemas, eso sin mencionar los demás componentes de supuestos programas de gobierno que solo se dedican a engordar bolsillos. Para no entrar en historias repetitivas, Leticia está jodida, pero no se ve que la gente quiera hacer algo por cambiar, sencillamente están mirando a que pelagato montar “que pueda darle un puestico o asegurarle lo útiles o alguna motico pa trabajar”. El problema de gobernabilidad en Leticia no pasa solo por la corrupción, va más allá por lo que ha estructurado un pensamiento e idieosincracia de gobierno amazónica, que ha sido interiorizada y paradójicamente “ritualizada” como principio y como fin.