Resulta asombroso que algunos diarios de provincia, todavía están considerando si publican la noticia del atentado que conmocionó a Argentina y al mundo. Son decisiones de directores obtusos, seguramente afectados por el dogmatismo ideológico y cierta nostalgia del poder perdido, o porque alguna agencia internacional se los prohíbe, como se estila en esta época en que las trasnacionales de la información controlan e imponen matrices de opinión y señalan la línea editorial de su conveniencia.
Otros diarios titularon la noticia con eufemismos y desconocieron deliberadamente la importancia política del atentado contra la democracia ocurrida el jueves primero de septiembre y registrada mundialmente. Una falta grave del periodismo local, que nos produce vergüenza ajena.
En cambio, la BBC de Londres calificó el hecho de magnicidio, lo que me parece apenas obvio; también se conoció un pronunciamiento de solidaridad del Papa Francisco y de los principales líderes políticos del planeta. En respuesta, publico aquí la noticia sin eufemismos que se le niega y oculta con mezquindad a los lectores. No olvidemos castigar severamente ese periodismo antidemocrático que en Colombia constituye delito e impide la construcción de la paz.
FALLIDO DISPARO A LA CABEZA DE LA DEMOCRACIA
Un atentando político contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, próxima candidata presidencial del partido de gobierno, se perpetró en Argentina en la noche del jueves 1 de septiembre. Sólo la incompetencia del atacante para manipular el arma frustró el magnicidio. La vicepresidenta salió ilesa del incidente, excepto por el impacto sicológico que puede causarle a un ser humano encontrarse por un segundo cara a cara con la muerte.
El agresor intentó consumar el crimen cuando la líder de izquierda arribaba a su lugar de residencia, tras bajarse del vehículo que la dejó frente a la puerta de su casa de La Recoleta en Buenos Aires, en medio de centenares de simpatizantes que se agolpaban para recibirla y saludarla, pues no es un secreto que un gran número de argentinos deposita en Cristina Fernández de Kirchner la esperanza de un gobierno que pueda enfrentar con coraje la perversidad de sus acreedores y logre sacar al país de la miseria que viene provocando la deuda externa. Es necesario interpretar este hecho como un atentado a la democracia que merece el repudio y la condena de todo aquel que se considere demócrata en el mundo.
Con un modus operandi semejante al usado en el atentado que le quitó la vida en México en 1994 al candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio, un sujeto filtrado anónimamente entre la multitud se aproximó a menos de un metro de su víctima para no fallar. Según la imágenes y videos reproducidos por los medios de comunicación, el atacante logró traspasar con el empuje de su cuerpo la barrera de personas que le impedían alcanzar su objetivo, extendió su brazo homicida hasta asegurarse de que su pistola apuntara a pocos centímetros de la sien izquierda de la Vicepresidenta y apretó el gatillo repetidas veces como queriendo vaciar el arma, pero en esta ocasión las balas no salieron de la Barsa calibre 22 cargada con cinco proyectiles.
La falla ocurrió por torpeza del propio atacante, que tembloroso de miedo por su cobardía accionó mal hacia atrás la corredera del percutor, y esto impidió que al menos una bala entrara en la recámara para ser disparada. Una jugada del destino que le salvó la vida a la vicepresidenta, como si las balas dijeran la última palabra y sentenciaran quién merece vivir y quién merece la muerte. De inmediato los valientes ciudadanos presentes le bloquearon la salida apresurada al sujeto agresor que intentaba escabullirse y lo inmovilizaron. El sujeto fue detenido in fraganti por la policía federal y será procesado judicialmente por evidente intento de homicidio. Como primera reacción oficial, el presidente Alberto Fernández utilizó la cadena nacional de televisión para hablarle al país de lo que consideró “uno de los hechos más graves desde que recuperamos la democracia”, y decretó para el viernes siguiente 2 de septiembre día festivo nacional.
El temerario autor material fue identificado por las autoridades como Fernando Sabag Montiel, de 35 años, un ciudadano brasileño que reside en Argentina desde 1993 y cuya madre es Argentina. El mediocre malevo es conductor de bus de transporte público, tiene antecedentes delictivos por posesión impropia de armas, y un video que se ha filtrado en los medios lo capta exaltado esgrimiendo un discurso de odio contra los planes sociales del actual gobierno. El sujeto exhibe en su antebrazo un tatuaje de recluso que parecería símbolo neonazi, conocido como “Sol negro”.
Según El Clarín, el diario local de Buenos Aires, se barajan todo tipo de hipótesis, incluida la principal sospecha de que alguien le pagó al atacante para asesinar a la vicepresidenta. Una de las líneas de investigación apunta a una de las organizaciones de narcos brasileños, que suelen proveer de sicarios a quien lo necesite. Entre esos necesitados es muy probable que se encuentren los grandes adversarios políticos de la vicepresidenta, como las organizaciones de ultraderecha y los acreedores de la gigantesca y casi impagable deuda pública Argentina que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, se estimó en el primer trimestre de 2022, en 274.355 millones de dólares.
Para estas organizaciones los Kirchner (expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), con sus programas sociales y preferencias por el endeudamiento doméstico para disminuir la dependencia externa, sin abandonar el compromiso de pagar la deuda responsablemente, fueron en el pasado reciente al frente del gobierno nacional su principal enemigo y un verdadero dolor de cabeza. Aunque se sabe que los Kirchner consiguieron dar un respiro al pueblo argentino disminuyendo drásticamente la presión social que le impone lapidariamente la deuda, con antecedentes de crisis como el corralito financiero que en diciembre de 2001 impuso el presidente Fernando de la Rúa aplicando fuertes restricciones a las extracciones de los bancos.
El atentado del jueves se suma al falso proceso judicial en contra Cristina Fernández de Kirchner para detener sus aspiraciones políticas de regresar a la presidencia del país, un proceso del mismo corte que los inventados contra Lula Da Silva y Dilma Rosusseff, quienes a pesar de la agresión infame que sufrieron como blanco de grandes y oscuros poderes, finalmente probaron su inocencia y se encuentran a un paso de recuperar la presidencia para la izquierda de Brasil. El fallido disparo estaba dirigido a la cabeza de la democracia.