En el ámbito político, aparte de los partidos políticos, existen muchos votantes y pocos inversionistas. Los primeros desconocen la mecánica electoral, pero presumen hacer uso de su sagrado derecho. A los segundos los motiva la política como un sector de inversión de capital, status y relaciones de poder. Dudo que lean y analicen un programa de gobierno, porque desconocen los modelos económicos y sistemas políticos. Quienes dicen leer el programa, no lo hacen objetivamente, pues están permeados por ideologías, idiosincrasias, empatías preconcebidas desde su infancia. Por tanto, la elección que hacen ellos, es muy alejada del raciocinio.
El elector que desconoce la política, al menos debería tener en cuenta tres factores para elegir candidato: Identificar a los individuos que financian las campañas o prestan dinero al candidato; el perfil psicológico del líder y por último su programa de gobierno, que está en función de las aspiraciones del grupo financiador de la campaña y de la geopolítica.
Desde la geopolítica, hay dos tendencias, la una liderada por EE. UU. que se niegan a aceptar el ocaso del neoliberalismo (libertad absoluta del mercado) y la otra, liderada por la China comunista con un mercado “relativamente libre”, como en realidad opera en todo el mundo. Bajo EE. UU., opera el centro democrático y bajo los segundos los partidos alternativos, generalmente de izquierda. En ese orden, solo Petro, se alinea con la segunda.
En cuanto al carácter y perfil profesional. Petro tienen la mejor preparación académica, de allí su comprensión de la mecánica económica, modelos y políticas públicas, su capacidad de diálogo y dirección.
No solo basta tener buenas ideas, sino la capacidad de gestión y ejecución. Es elevado su carácter y compromiso, lo que lo llevó a empuñar las armas para defender ideales -hoy juega en contra suya-. El ego es elevado en ambos candidatos, y puede terminar en terquead, si no lo saben manejar. En los políticos, es muy común que sean presa de la vanidad y la prepotencia, la frialdad (pese a sonreír mucho). Sin escrúpulos, con tal de llegar al poder por encima de todo; hay algunos que lo hacen diplomáticamente (Obama-Uribe y Petro) y otros son más directos (Putin-Rodolfo).
¿Quién financia las campañas? Generalmente, los grandes empresarios realizan donaciones, es el caso del gremio de empresarios antioqueños, latifundistas y banqueros que financiaron la campaña del Sr Duque. A la fecha, el ingeniero Rodolfo Hernández, manifiesta contar con 4.137.654.000 pesos, de los cuales, él y su esposa Socorro Oliveros han financiado 137.640.000 pesos. Al parecer su fortuna familiar se convertirá en el respaldo financiero que requiere, para evitar depender de terceras personas.
Por otra parte, el Sr. Petro manifiesta que tiene cinco prestamos en entidades bancarias por un valor de 18.900.200.000 pesos. Entre ellos hay créditos con el Banco de Bogotá por un monto de 7.000 millones de pesos; el otro es de GNB Sudameris, por 5.000 millones de pesos. La Cooperativa Financiera le prestó 4.700 millones de pesos. Coopfinep: 2.200 millones de pesos más. La garantía exigida por los bancos, pasar el umbral.
Petro y Rodolfo representan nuevos círculos de poder, son alternativos a la burguesía colombiana de hace medio siglo. Pero hay una diferencia y trayectoria ideológica enorme entre ellos.
Rodolfo, el Trump a la colombiana, populista, pendenciero, genera incertidumbre, no solo ahora, sino en un posible gobierno. Es muy probable que la política social se vea desfavorecida durante su gobierno, así como las relaciones diplomáticas con otros países.
Por otro lado, el sr. Petro tiene un buen plan, pero en un país polarizado, macarthista, no le será fácil una reforma agraria, financiera, tributaria, pensional, educativa y en salud. Sus coequiperos, como Barreras, Bedoya, Benedetti, Saade y los sindicalistas clientelistas serán su talón de Aquiles. Además, la estatización en estos países latinos no llevan sino a la sinvergüencería de los sindicatos y funcionarios públicos. Rescatable, Francia, mujer muy criticada por la gente de bien -xenófoba, pero está por encima de ella, en dignidad y capacidad.