El regreso de 13 colombianos y 8 extranjeros expuestos al contagio del coronavirus en Wuhan (China), se convirtió en una película—quizá la más larga de la historia nacional—con todos los ingredientes de un éxito de taquilla: la ambientación para generar expectativa, los escenarios en los que hubo lágrimas y risas, los momentos dramáticos y los de suspenso, y el final feliz, con decenas de colombianos aplaudiendo.
Una larga historia de nueve días, escrita en las emociones de un país que suele caer en la trivialidad que desata cortinas de humo frente a los problemas de fondo que involucran la sociedad más pobre.
Esconden por ejemplo, que ni el presidente ni los ministros ni los empresarios pagan impuesto en la declaración de renta; de otro, el llamamiento a varios oficiales del ejército y el ministro de la Defensa por parte de la Procuraduría General de la República por hechos relacionados con el proyecto de construcción de viviendas fiscales en predios de la sede de la Escuela Internacional del Uso de la Fuerza Policial Para la Paz (Cenop).
Una telenovela en la que se siguió vía satélite el recorrido del avión Boeing 767 Júpiter, de matrícula FAC-1202 en su ruta a Asia y el respectivo regreso, que tuvo en vilo a millares de ciudadanos que por días dejaron pasar de agache el informe de la ONU que pide aplicar profundas transformaciones al Escuadrón Móvil Antidisturbios—ESMAD—por sus desmanes en las protestas.
Y claro, pendientes de las redes sociales, los periódicos y los noticiarios de televisión, decenas de jóvenes olvidaron por más de una semana que se avecinan dos reformas graves que los perjudican: la pensional y laboral, así como el regaño que le pegó la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, a estudiantes universitarios por no recriminar a los encapuchados en las protestas, como si fuera muy fácil visibilizarse en Colombia sin correr riesgos.
Lo que desconoció la señora López, quien evidenció que, fácilmente y para ganar audiencia, se sale de casillas, es que la fuerza pública ingresó a la Universidad Distrital esgrimiendo armas y repartiendo garrote con generosidad, como generalmente suelen hacerlo.
El regreso de los colombianos provenientes de China eclipsó una realidad con múltiples componentes. La película alcanzó un rating muy alto, pero cuando pase el cúmulo de emociones encontradas, el gobierno nacional encontrará una nueva trama para envolver incautos, aprovechando para tal propósito los medios masivos que le son cercanos y que, por mucho tiempo, han mantenido aletargado al pueblo incauto.
Hechos inverosímiles que solo ocurren en el país del realismo mágico de Gabriel García Márquez.
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