Lo que nunca nos han dicho sobre La Guajira

Lo que nunca nos han dicho sobre La Guajira

Una investigadora de Indepaz asegura que es urgente atender las necesidades de este departamento. El futuro energético está allí, pero su población también

Por: Eliécer Jiménez Julio
enero 24, 2022
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Lo que nunca nos han dicho sobre La Guajira

Para Joanna Barney, investigadora del Instituto de Estudios Para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) en Colombia: «Hay que poner los ojos en La Guajira de forma amplia, urgente y necesaria, ya que es un lugar importante y estratégico donde se van a seguir instalando en forma desproporcionada parques eólicos, seguir explotando y exportando el carbón, el cobre, se van a seguir con los parques onshore y offshore, van a seguir haciendo explotación de gas, etcétera. Estamos hablando de que el futuro energético está en La Guajira, pero este no es un territorio ni desolado, ni deshabitado, ya que ahí viven las comunidades ancestrales wuyús que necesitan una atención especial en cosas tan básicas como el agua, la alimentación, la salud, la educación, las telecomunicaciones etcétera».

Esta investigadora que conoce muy bien la Colombia profunda y olvidada, es magíster en Paz y Resolución de Conflictos, psicóloga de la Universidad Javeriana, gerente financiera e investigadora, y sus estudios y últimas publicaciones están centradas en el acompañamientos a comunidades indígenas en conflicto con multinacionales y recuperación de memoria histórica con varias poblaciones del país. Publicó junto con Indepaz la investigación 'El viento del Este llega con revoluciones', en la que realizó un mapeo de los conflictos de Colombia y las comunidades indígenas con las multinacionales.

Están primando los negocios y no las penurias de un pueblo

Refiriéndose a La Guajira, Joana Barney se muestra muy preocupada, «ya que en este territorio olvidado por los gobiernos nacionales, departamental y municipales pueden hacer una obra de infraestructura para sacar electricidad, pero no pueden hacer acueductos, alcantarillados, escuelas, puestos de salud, etcétera, lo que quiere decir entonces que está primando el negocio internacional y las multinacionales en vez de ponerle atención a las comunidades indígenas que ancestralmente ha vivido en penurias en ese territorio, sin acueductos y poca pluviosidad de ya complejo para vivir por lo semidesértico, y no podemos seguirlo complejizando más entrando multinacionales y foráneos en ella y además militarizando las obras y el territorio para proteger los negocios de extranjeros».

Las energías eólicas son una revolución silenciosa

Tal como lo plasma la investigación, las energías eólicas son una revolución silenciosa, porque las empresas ya habían llegado al territorio, solicitado permisos al gobierno, que de inmediato las otorgó y tenían procesos adelantados, etcétera. Pero las comunidades no se habían dado por enteradas, muy a pesar de ser pueblos ancestrales y dueños del territorio, y lo lógico es que tenían que haber sabido lo que se estaba fraguando desde el gobierno central y estas multinacionales contra estas comunidades.

La mayoría de los indígenas wayú carecen de las informaciones suficientes sobre los impactos de la presencia de los centenares de aerogeneradores que se están y se van a continuar instalando trayendo consigo conflictos entre las comunidades y estos con el gobierno y las compañías, enfrentándose a algo que estuvo mal hecho desde el principio.

Ni progreso, ni desarrollo, ni dinero para las comunidades wayú y de La Guajira

La doctora Joana Barney ratifica que «estos proyectos no necesitan gran mano de obra, ni siquiera en su fase de construcción están contratando mano de obra ni wayú ni guajira, ni colombiana, ya que traen su mano de obra internacional porque sobre estas infraestructuras no tenemos experiencia y aunque la tuviéramos desafortunadamente prima la experiencia de otras partes.

Durante la fase de construcción en estos proyectos de ISAGEN solo 55 personas guajiras fueron contratadas y eso que es la parte donde realmente necesita mano de obra; después estas infraestructuras, cuando ya estén en funcionamiento muy, pero muy poca mano de obra será utilizada, tal como un técnico, los vigilantes, alguien que les de alimentación a los vigilantes y todo lo demás es computarizado directamente hacia las casas matrices que no son colombianas; son empresas multinacionales con negocios entre el gobierno y la multinacional que que no dejan ni dejarán nada para el territorio sino desplazamiento, hambre, sed y desolación.

Solo hilo y sin regalías

Aparte de eso, tenemos un 1 % que no se debe entender como una regalía porque estos proyectos no producen regalías, y ese 1 % se dividirá entre los entes locales y las comunidades wayús. Tenemos una mala experiencia con las transferencias, ya que llegan en forma de hilo u otros útiles para que los wayús trabajen, y no son necesariamente una forma de darle desarrollo a nadie y lo que sí van a traer estas obras son carreteras e infraestructuras que no son buenas para la forma de vida del wayú, tal como lo expresan algunas comunidades que se oponen a la apertura indiscriminada de carreteras, ya que los vehículos pasan a alta velocidad atropellando las personas y los animales entre otros.

Los wayús no entienden por qué si no les van a traer beneficios a estas comunidades están incursionando en sus territorios sin la debida consulta. Tal como eso tenemos diversas problemáticas mapeadas y así lo plasmamos en la investigación para ver si las empresas retomaban el camino correcto e hicieran las cosas bien, pero no fue tenido en cuenta y desgraciadamente estamos viendo el resultado de esta incursión sin el debido consentimiento».

El deber ser del Estado poner los ojos y los oídos en los territorios

Estamos haciendo una llamada de alerta ante este primer proyecto instalado e inaugurado, ya que vienen 15 proyectos más que deben entrar en funcionamiento antes de 2023 y yo me pregunto cómo van a hacerlo si las comunidades están insatisfechas con los procesos de consulta y siguen padeciendo de hambre, sed y abandono, y por ello es necesario, urgente e importante redireccionar los procesos y buscar puntos de acuerdo entre las multinacionales y las comunidades, ya que el gobierno solo está atendiendo los intereses económicos extranjeros.

Desde el punto de vista de la investigadora, lo primero es que el deber ser del Estado es «poner los oídos en los territorios, escuchar a las comunidades, el Estado no puede suponer que por ser un proyecto VIP y de interés nacional puede llegar y arrasar con una comunidad y una cultura, ya que no es lógico».

No hay transición energética y el wayú está siendo sacrificado

Aseguró la investigadora de Indepaz que «además, no estamos hablando de transición energética, no estamos transitando de energías fósiles a energías renovables, eso no es cierto y se le debe decir la verdad a la gente, ya que lo que se está haciendo es diversificar la matriz energética poniendo una parte en energía renovable con viento y sol, pero eso no quiere decir que vamos a dejar de utilizar las fósiles y, de hecho, la información que tenemos es que se van a abrir nuevas termoeléctricas a base de carbón para consumo interno que nosotros no teníamos. Entonces no estamos haciendo transición y todo esto con fines comerciales, y se supone que es una bandera verde hacia el mundo, pero no es así, ya que vamos a seguir exportando carbón y no podemos decir que somos la matriz más limpia del mundo, eso no es cierto, o que estamos transitando para limpiarla aun más.

Hay que ver el sacrificio a que está siendo sometido el pueblo wayú y a quienes están beneficiando estos proyectos; por ello, es necesario poner el ojo y los oídos en el territorio  hablar con las comunidades y conocer realmente cuáles son sus estados de necesidad.

¿Dónde están las autoridades?

Finalmente, Joana Barney dijo: «A las autoridades, mi mensaje es que que se apersonen ante esta situación, ya que nunca se hicieron presentes cuando se discutieron las leyes sobre estos temas, la 2099, la 1415, las leyes de transición energética, donde estaban cuando se bajó inconsultamente del 4 % al 1 %, ¿dónde estaban el gobernador, los alcaldes, los diputados, los concejales, los líderes del departamento de La Guajira que dicen velar y defender el territorio, a sus habitantes y sus derechos?

Esto no solo es del pueblo wayú, sino de todos los guajiros, ya que este desplazamiento que se viene de los wayús por más que piensen que no les va a afectar a las ciudades les van a llegar grandemente con los desplazamientos y van a aumentar los cinturones de pobreza que sentirán  todos sin excepción, además de que los beneficios no los van a ver, ya que es un 1 % que se va a disolver en corrupción, tal como viene ocurriendo».

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