La Semana Santa fue instaurada por el cristianismo como un tiempo para la reflexión de quienes profesan dichos dogmas de fe. Según Google, “el cristianismo es profesado por el 32 % de la población mundial, pero los católicos representan el 17,74 % de la misma... Al 31 de diciembre de 2019, el número de católicos ascendía a 1.344 millones de personas, según las cifras recopiladas por la Agencia Fides, el organismo de información de los misioneros católicos”. Según esa fuente, el 57 % de los colombianos identifican el catolicismo como el credo predominante, sin embargo, se evidencia un importante número de fieles en religiones de “diversidad protestante” –categoría que agrupa a las confesiones cristianas, evangélicas pentecostales, protestantes y adventistas–, con información al 2 de diciembre de 2020.
En el caso de la religión católica en Colombia, es innegable que vino descendiendo su participación en las creencias de sus habitantes, puesto que llegó a tener más del 90 % de los fieles; de la misma forma han perdido solemnidad sus celebraciones tradicionales, como sucede con una de las más tradicionales que es la Semana Santa, cuya celebración, con el transcurrir de los años, ha derivado en una semana festiva para el solaz, o descanso, paseo y recreación. Este cambio en la costumbre religiosa ha sido bien aprovechado por la denominada industria turística, que ofrece todo tipo de productos valiéndose de la diversidad geográfica de nuestro país. Precisamente la Semana Santa de este año era anhelada por los operadores turísticos como uno de sus grandes negocios.
Pero la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) indicó que en un 30 % se redujo el turismo en esta Semana Santa. La Costa Caribe fue la región más golpeada en Colombia. Lo cual significa un duro revés para el sector puesto que en las últimas semanas el desarrollo del turismo había sido crucial hasta cuando el cese de Viva Air y Ultra Air, se convirtió en un punto de inflexión.
Al encarecimiento de las tarifas por el oligopolio de Avianca y Latam, se le suma la eliminación del IVA preferencial del 5%, que volvió a situarse en el 19%, el incremento de las tasas de interés, la inflación y el dólar con lo cual se desincentivó los viajes en Semana Santa. “La situación no fue positiva para el sector aéreo. Esperábamos que las cifras fueran superiores, pero lamentablemente, estas coyunturas causaron una contracción”, explicó la presidenta de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes y Turismo (Anato), Paula Cortés.
La dirigente gremial precisó que esta situación también se empezó a sentir en las diferentes regiones del país con el aumento del IVA al alojamiento, ya que este sector estuvo exento del pago de dicho impuesto por la pandemia y subió al 19 %. Aseguró que la inflación del país –superior al 13 %– y las tasas de interés del Banco de la República también han impactado fuertemente este sector de la economía.
Finalmente, respecto a la quiebra de Ultra Air, ocurrida los últimos días de marzo, señaló que, aunque hasta finalizar el mes de abril no se tendrán datos exactos, definitivamente habrá impactos muy negativos. Las quejas son generalizadas sobre el impacto del alto costo de vida que están soportando los colombianos. Ante este cóctel explosivo, el pueblo –sin distingos de derecha, centro o izquierda– sabe cómo actuar y tiene claro qué hacer con él. Si no hay atención, el pueblo se irá a las calles. ¡Solo el cambio de modelo garantiza ese cambio estructural que prometió Petro!
