Esta vez Uribe nos mandó al que él quiere como presidente mediante la jugada de las tres bandas y como ya no nos asusta con el “castrochavismo” ahora la táctica es mostrar a Petro como un ser despreciable peor que Putin o que el difunto Sadam Hussein, tanto así que tiene a un grupo de señoras haciendo cadenas de oración para que Dios intervenga a favor del rey de los falsos positivos… y no son mentiras o exageraciones, cuando supe eso, no lo podía creer.
A esa jugada, además de Fico tiene la otra banda para completar y es con Rodolfo Hernández. Es que el que es zorro es zorro, así le toque ponerse a repartir volantes y que lo insulten muchas las veces.
Aparentemente el petrismo tuvo un avance y ellos están felices, pero eso no es sino otra trampa de la derecha, pues además de la malicia y la ya sabida viveza superlativa de Uribe, él sabe que, como en el fútbol, si pasa la bola no pasa el jugador y acá la registraduría será el último muro de contención para preservar el aparentemente amenazado actual estado de cosas.
En otro país, el señor registrador ya estaría presentando su renuncia, pues a decir de la misma fiscalía no hubo tal ataque cibernético y eso que no han explicado todas las anomalías a las que se vieron abocados los votantes de las diferentes facciones pues las improvisaciones no justifican el cuantioso presupuesto gastado.
¿Nos esperan otros cuatro años de fiquisimo? Un señor que de lo único que habla es de seguridad, pero planteamientos serios sobre los temas nacionales de importancia no los tiene; por eso la nueva táctica (que no es nueva) es el desprestigio sobre la persona y las obras como gobernante de Gustavo Petro.
Todos los calificativos de mal gobernante sobre Petro se caen con el siguiente argumento: ¿si el senador Petro fue tan mal alcalde de Bogotá entonces cómo se explican sus cerca de 900 mil votos que obtuvo el pasado domingo en la Capital?
La enseñanza se repite y nos recuerda que una cosa son las redes sociales, otra las urnas, y otra muy distinta el conteo de los votos (y más cuando la registraduría tiene muy claros sus objetivos que no son los del conteo imparcial) y sin sospechas ni disculpas, así vengan delegados de 30 países. Lo importante es elegir al elegido que lo demás se arregla por el camino.
Por lo pronto las beatas de las cadenas de oración además del WhatsApp deben tomar mucha valeriana, mientras su mentor y jefe maúlla con toda su astucia intacta.