Soy oyente de La W Radio en las mañanas y no porque sea la mejor emisora de noticias: es porque creo que es lo menos malo que hay. Ayer, 30 de agosto, volvió María Isabel a la emisora con sus ya extrañas opiniones que son respetables pero totalmente debatibles y cuestionables.
Hizo énfasis en la condena “desmedida” a Andrés Felipe Arias de 17 años por el escándalo de Agro Ingreso Seguro (AIS), programa bien concebido pero que fue permeado por lo que, según el diccionario de la RAE, se define como corrupción. Sí, esto fue claro ejemplo de corrupción de alguien que era responsable por el buen manejo de estos dineros, que debieron ser encaminados hacia campesinos de escasos recursos a manera de subsidios pero que, por cosas de nuestra política, terminó en manos de ciudadanos que de pobres no tienen nada, incluyendo una modelo y actriz colombiana.
Se pueden revisar las condenas y medidas de castigo en países del primer mundo como Alemania o Reino Unido, y podemos concluir que la condena a Arias es un chiste comparándolas. Lo que no se pregunta Rueda es: ¿Por qué son tan severas las condenas a corruptos en países del primer mundo?
Y es que no solo María Isabel sino absolutamente todos los periodistas de este país deberían apoyar este tipo de condenas y seguir la lucha incansable por la justicia, y que esta llegue hasta la clase de políticos que ejercen su poder para beneficiar a unos pocos o a sí mismos buscando objetivos non sanctus. En este caso, lucrar a financiadores de campañas electorales Uribistas. Desafortunado Arias que cayó en la telaraña del poder, se equivocó y pagó como cabeza visible del descalabro de AIS, y, para su infortunio, lo que allí sucedió se llama corrupción, así Rueda piense lo contrario. Él hubiese sido un político con una carrera propia ya que tiene todas las facultades suficientes para haberla construido. Quizá lo mató su soberbia y su ambición de poder, agregando que tuvo el peor mecenas: Álvaro Uribe.
Rara posición de alguien que además de ser periodista es abogada. Es mejor que desde los micrófonos nos envíen a los ciudadanos otro tipo de mensajes, ya que es la corrupción la peor violencia. Los funcionarios deben ser un gran ejemplo de rectitud y cuando son corruptos, por ser ejemplo social, su castigo debe ser severo. Los dineros públicos son intocables, más no lo son los que los usan de mala manera.
Desmedida, pues esta opinión de Rueda que jamás pensó lo mismo de las inhabilidades emanadas del despacho de Alejandro Ordoñez hacia políticos que hacen parte del otro lado ideológico que ella tiene. Flaco favor le hace a nuestro sistema democrático este tipo de periodistas que manejan la información únicamente para unos, viendo atropellos de la justicia solo cuando esta toca a las personas cercanas a sus afectos políticos.
Coda: Según la RAE esta es la definición de corrupción: “En las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.”