Lo que no se dice del Bajo Cauca y su gente

Lo que no se dice del Bajo Cauca y su gente

Las personas de estas tierras quieren que se hable de lo mucho que sueñan, de la alegría y de la tenacidad que los mantiene a flote

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febrero 19, 2021
Lo que no se dice del Bajo Cauca y su gente
Foto: Wikimedia - CC BY-SA 3.0

El Bajo Cauca Antioqueño y su capital, Caucasia, están ubicados en una de las zonas más estratégicas y ricas del país por sus recursos naturales, además por ser un corredor de la mercancía que circula entre la costa norte y el centro de Colombia, y sus extensas tierras dedicadas a la ganadería, lo que convierte a la región en una de las despensas ganaderas más importantes del país; una tierra que enamora a propios y extraños.

A pesar de la complejidad en el orden público que se ha vivido a lo largo de la historia y de los momentos difíciles que ha atravesado este territorio, indiscutiblemente la pujanza de los habitantes de esta región es la que ha sostenido, no solo su economía, sino los sueños de jóvenes que desean vivir y prosperar en ella; grandes cadenas y centros comerciales hacen presencia en ciudades intermedias como Caucasia, las mismas que nos hacen pensar que el desarrollo no es solo para las principales ciudades. Hay comerciantes que se atreven también a soñar y sacar adelante importantes negocios generadores de empleo legal. Estas tierras componen un territorio en el que se pueden adelantar prósperos proyectos urbanísticos aprovechando su localización geográfica y la cercanía con la capital de Córdoba, que viene creciendo vertiginosamente en la última década.

Esta hermosa y próspera población necesita no solo hablar de su problemática y niveles de violencia, sino que grita porque el país conozca esas historias de esperanza y pujanza, como la de Jhon Freddy Arias Henao, un hombre que llegó a Caucasia hace más de veinte años, empezó con un pequeño local atendido por él mismo y hoy en día esa iniciativa es una empresa que genera cincuenta empleos directos. Con mucho sentimiento y sus ojos saltando de orgullo nos narra: “Yo creí en el Bajo Cauca; hoy mis hijos son caucasianos y creo aún más que cuando llegue en esta tierra que me ha dado todo”. Adriana Patiño Vásquez, una mujer que encarna los valores de las mujeres y la gente de este terruño, luego de veinte años retorna al pueblo que la vio nacer y decide apostarle a una empresa familiar que genera más de veinte empleos femeninos fijos. “En Caucasia todos los negocios prosperan y uno de mis sueños era regresar y generar progreso”, cuenta.

Propios y veraneantes se invitan a invertir en esta región y proyectarla conjuntamente como un importante centro de negocios o de investigación ganadera en el que se pueda mejorar la genética de bovinos; podría, también, ser un próximo puerto seco o terminal terrestre de carga en la que se pueda recolectar, por ejemplo, carne prémium lista para exportar; un lugar donde las principales universidades del país quieran tener plantas físicas para que Caucasia sea no solo una capital comercial, sino que la gran oferta educativa permita que esta sea la capital educativa con mayor oferta en programas basados en competencias que se puedan explotar en la región bajo caucana y norte de nuestra amada Colombia. La gente de Caucasia y el Bajo Cauca quiere que se hable de lo mucho que sueñan, de la alegría y la tenacidad que mantiene a flote este sector de la región antioqueña.

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