Aunque en algunos medios de comunicación podrían estar comparando la noticia del cierre del piqueteadero de Doña Segunda, por parte de la Dian, con la historia de la pobre viejecita; la influencer Laura Camila Vargas tiene otra visión de la problemática y enfatiza que este en un caso de evasión. Su video ya suma miles de visualizaciones en Instagram y TikTok.
Según ella, el piqueteadero de Doña Segunda comenzó como un pequeño negocio familiar, pero en la actualidad es un restaurante de tres pisos que emplea, por lo menos, dos decenas de personas y que ya no es manejado por la señora fundadora, sino por su nieta profesional Jenny Gutiérrez, quien hace años se recibió como egresada en finanzas y comercio exterior en la universidad Sergio Arboleda. El año pasado, habían recibido un llamado de no atención por no entregar factura electrónica.
La periodista especializada en marketing digital cuestionó la forma en que algunos medios de comunicación han presentado a María Segunda Fonseca (nombre de la empresaria) como una pobre señora damnificada y no como la imagen de una empresa millonaria que recibió un llamado de atención de la DIAN, pero prefirió hacer caso omiso.
"Es lamentable la forma en que los medios, la oposición y hasta sus hijos han instrumentalizado a esta pobre señora para generar indignación", arranca diciendo Vargas en el video explicativo que compartió en sus redes.
Entre los argumentos que da Vargas en su TikTok, está que la empresa tiene una cantidad significativa de empleados y que algunos estarían presuntamente en la informalidad. Además, remarca que no se puede considerar que el negocio sea uno de 'economía popular', porque vende millones a la semana.
Vargas también argumenta que el negocio sólo fue cerrado por tres días, así que teniendo en cuenta que se trata de uno de los piquiteaderos más rentables de Bogotá, ella no ve cómo eso pueda dejar al negocio en una complicada situación económica, que es lo que sí han sugeridos otros periodistas que han cubierto la noticia.
| Lea más: Así se creó hace 65 años el piqueteadero Doña Segunda, el que ...
Otro detalle del que se ha hablado poco, y que remarca Vargas, es que los dueños pudieron evitar el cierre del negocio si hubieran pagado la multa correspondiente a la infracción anterior, pero que nunca lo hicieron y que por este motivo la Dian tuvo que proceder al cierre.
Y para finalizar, la influencer explica que los negocios cerrados fueron 18, que no se trata de una persecución contra el negocio. También remarcó que estamos ante un caso de evasión de impuestos y que por esta razón el proceder del ente gubernamental fue pertinente.
El argumento de Vargas para hacer esta acusación está basado en el hecho de que la Dian lleva cinco años implementando la factura electrónica y que a diferencia del piqueteadero de Doña Segunda, miles de empresas medianas y pequeñas sí han cumplido con la norma. Porque aunque la fundadora del establecimiento no esté al frente del mismo, sí lo están sus hijos y su nieta experta en finanzas que podrían tener un contador para manejar el negocio de una forma más organizada.