Los líderes estudiantiles de las universidades públicas se rasgan las vestiduras pidiendo financiación y el fin del programa Pilo Paga o Generación E. Es decir, demandan educación subsidiada que debería ser, con las condiciones fiscales actuales, para las capas más pobres de la sociedad. Sin embargo, en este momento la Universidad Nacional de Colombia, como muchas otras, no necesariamente está incluyendo a los sectores menos favorecidos.
La Universidad Nacional de Colombia (como tantas otras) es un fortín de la clase media urbana acomodada que, aunque con el tiempo también debería recibir educación subsidiada, no debería ser la prioridad ni la población objetivo de la universidad pública. Los recursos para la educación superior están financiando a un sector que goza de condiciones privilegiadas ya que los estudiantes admitidos a la Nacional son quienes tuvieron la mejor educación, es decir, estudiaron en los mejores colegios del país (claramente no públicos).
Durante mi paso por esta institución, pude conocer muchos estudiantes que venían de colegios de la élite bogotana y tenían una estancia exitosa en la universidad gracias a sus bases de conocimientos provistas por instituciones privadas. También pude ver un pequeño porcentaje de quienes provenían de colegios públicos quienes, pese a haber pasado milagrosamente el examen de admisión con tan paupérrimas bases dadas por colegios públicos o por autodidactismo, eran filtrados en los primeros semestres por la alta exigencia académica de la Nacional y por no disponer de bases adecuadas.
Las capas sociales menos favorecidas no reciben educación de una mínima calidad y no pasan a la universidad pública, especialmente a carreras de alta demanda como medicina e ingenierías, donde los puntajes de admisión requieren un tipo de educación tipo San Jorge de Inglaterra o los Nogales.
Como se evidencia en las propias estadísticas de la Universidad Nacional, la composición de estudiantes de Ingeniería Mecánica, por ejemplo, es en su mayoría estrato 3, con una alta participación del estrato 4. Solo alrededor del 37% es ocupado por poblaciones que verdaderamente necesitan educación subsidiada. Y esto sin contar que muchos que aparecen como estrato 1 o 2 en realidad son de estratos más altos, pero presentaron papeles para matrícula en calidad de independientes, cabezas de hogar e incluso comunidad indígena o desplazada.
Como se puede apreciar en las estadísticas de la siempre humilde Universidad Nacional, hay una tendencia creciente a subsidiar la educación de egresados de colegios privados, acercándose a tener actualmente un 70% de estudiantes provenientes de colegios privados.
Es decir, el impacto socioeconómico de la Universidad Nacional es tremendamente regresivo pues beneficia en mayor parte a quienes no se encuentran en necesidad urgente de educación subsidiada.
Por último, los programa Ser Pilo Paga o Generación E, aunque no son de mis afectos, se focalizan solo en personas por debajo de un cierto puntaje de Sisbén. Aunque tienen muchos colados, sí reduce la segregación y fomenta la multiculturalidad al poner personas de estrato 1 y 2 en universidades de élite.
Ahora bien, para que la Universidad Nacional pueda tener un efecto progresivo debería discriminar positivamente dando prioridad a estratos más bajos. En algún punto en el futuro no estoy contra de que se subsidie a la clase media acomodada, pero con las condiciones actuales se debería priorizar la educación subsidiada a la población más abandonada por el Estado.
