En el municipio de Tamalameque, Cesar, nace el señor William Cárdenas Portillo, rodeado de ganado, sabanas, caballos y de la ciénaga grande de Zapatosa.
En la finca Las Camelias de ese corregimiento vivió su infancia al lado de sus padres, los señores Guillermo Cárdenas, Fanny Portillo y de sus hermanos, Guillermo, Abelardo y Nayibe Cárdenas. Con estos últimos asistía al colegio de bachillerato Aníbal Martínez Zuleta, situado en Zapatosa en bicicleta, a caballo, a pie, en burro o en canoa cuando la quebrada estaba crecida y desbordaba.
Las Camelias es una finca de propiedad de su padre, el reconocido ganadero Guillermo “Guille” Cárdenas, de donde le surgió a William el amor y la pasión por el campo. Con el transcurrir del tiempo formó su hogar allí, de la cual en la actualidad es el administrador y ejerce diversas actividades como vaquero, ordeñador y agricultor, ayudando a los trabajadores con sus labores diarias.
William Cárdenas Portillo no solo se caracteriza por ser amante de la ganadería, sino que es un hombre trabajador, responsable, puntual, atento y sobre todo parrandero, amigable, enamorado de las mujeres bonitas, de la vida y de sus placeres.
Como herencia de sus padres, los hermanos Cárdenas Portillo no solo heredaron la templanza de trabajar el campo, sino que su mayor herencia son la sencillez y la humildad espiritual que los caracteriza.
Hoy, a sus 42 años de edad, conserva el espíritu de aventurero, alegre, juvenil y no se le arruga a nada ni a nadie.
¡Compadre William, los seres humanos valemos por lo que somos, y no por lo que tenemos. Buena esa!