Lo que Lévi-Strauss nos heredó sobre la necesidad de conocimiento

Lo que Lévi-Strauss nos heredó sobre la necesidad de conocimiento

Las culturas que se han desacreditado por primitivas, en realidad no son tan poco desarrolladas científicamente como se ha intentado mostrar

Por: Sergio Danilo Puentes Montoya
mayo 04, 2022
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Lo que Lévi-Strauss nos heredó sobre la necesidad de conocimiento
Foto: Pixabay

En la segunda mitad del siglo XX, Claude Lévi-Strauss introduce, por medio de sus investigaciones sobre comunidades indígenas y exóticas de diferentes partes del mundo, la mirada antropológica y etnológica como ciencias concretas dirigidas a lo que para él es la necesidad de conocimiento en el ser humano.

En Lévi-Strauss hay un encuentro entre la geología, la lingüística estructuralista de Ferdinand de Saussure, el psicoanálisis y el marxismo[1]; de ahí que para este autor no es posible entender posturas universales en el ámbito social, lugar, a su vez, en donde se abre la posibilidad para ciertas relaciones binarias que pueden diferenciarse entre sí, y donde se hacen visibles en cierta estructura comprendida en el inconsciente de la mente humana, alejándose de cierta fenomenología pero tomando uno de sus presupuestos fundamentales, en donde el sujeto no accede, desde su consciencia, a la forma en la que el mundo es en cuanto tal.

De esta manera se puede entender cómo en Lévi-Strauss se introduce cierta construcción epistemológica que nace, se desarrolla y se muestra en la práctica social, alejándose de cierta filosofía teórica de la época, llevando esta investigación acerca del conocimiento al campo de lo antropológico y etnológico.

Así mismo, es de resaltar su condición estructuralista, proveniente en gran parte de la lingüística ya nombrada de Ferdinand de Saussure, en donde lo social surge de estructuras bilógicas, sin ordenamiento alguno, y se corresponde a las estructuras sociales con cierto ordenamiento interno e inconsciente, en la mayoría de los casos, a los sujetos que integran una cultura o grupo social.

De esta manera surge el objeto al que se dirige la antropología y la etnología, en el sentido en que estas ciencias han de establecer modelos que nacen de la observación de la dinámica social, y sobre los cuales se podrán establecer y prever las relaciones que dentro de cierta cultura se observan, para poder extraer los procesos inconscientes que establecen su estructura social, la cual es también dinámica y sobre la cual se ha de establecer su fundamento principal como epicentro del ordenamiento social que se estudia.

Así pues, se establece una revisión de gran importancia, en la que en el pensamiento salvaje se establece un paralelismo entre los procesos de aprendizaje primitivos o míticos, y la ciencia moderna, en donde se crítica la mirada occidental según la cual la historia del pensamiento sigue una linealidad: a saber, la ciencia moderna es más compleja que los relatos primitivos y mágicos de antaño.

De esta manera logra establecer la mirada en la que las culturas que se han desacreditado por primitivas, en realidad no son tan poco desarrolladas científicamente como se ha intentado mostrar.

En las culturas primitivas, como en la comunidad nambiquara, objeto del relato en Tristes trópicos, hay una estructuración del pensamiento dirigido no solo a sobrevivir en la naturaleza, existen pues, en estas culturas un imaginario que superas las necesidades básicas y establecen, tal como en la ciencia moderna, relaciones de conocimiento que establecen el ordenamiento social que se presenta.

En este orden de ideas Lévi-Strauss concluye:

“la magia es, […], tan acabada y coherente, en su inmaterialidad, como el ser sólido al que solamente ha precedido. El pensamiento mágico no es un comienzo, un esbozo, una iniciación, la parte de un todo que todavía no se había realizado; forma un sistema bien articulado, independiente, en relación con esto, de ese otro sistema que constituirá la ciencia” (Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje , 1997, pág. 30)

En este orden de ideas, al establecerse como paralelos la magia y la ciencia moderna, resulta de gran interés la manera en cómo el valor del conocimiento se enclava, se construye y afianza las relaciones sociales de las culturas primitivas y de la cultura que enaltece la ciencia moderna, de la cual hace parte en su totalidad la cultura occidental europea, y de la que hay grandes vestigios en la actualidad americana.

El detalle que encuentra este autor en medio del poder de ordenamiento del conocimiento llega a su auge cuando se afirma que: “la función primaria de la comunicación escrita es la de facilitar la esclavitud” (Lévi-Strauss, Tristes trópicos, 1988, pág. 24), en donde “el escriba […] es, doblemente, quien domina a los otros” (Lévi-Strauss, Tristes trópicos, 1988, pág. 23), permitiendo, sumado al paralelismo entre la magia de las tribus primitivas y  la ciencia moderna que se infunde en esta sociedad contemporánea, preguntarse en qué medida la escritura, como materialización del conocimiento, sigue facilitando la implementación de la esclavitud.

Claro está que bastante se ha avanzado en el aprendizaje de la lectura y la escritura de las personas en las sociedades actuales con respecto a las sociedades primitivas, pero la comparación, como muestra Lévi-Strauss, ha de hacerse en el inconsciente social, el cual bien puede ubicarse actualmente en la tecnología y su utilización, así pues, ¿la comunicación escrita, por medio de la tecnología, facilita la esclavitud en tiempos modernos?

Se permite formular esta pregunta para también resaltar la manera en cómo Lévi-Strauss rescata con gran respeto la importancia de las sociedades tomadas por primitivas, y a las cuales se les asigna cierta noción de predecesores y por ello de minorías, tanto en conocimiento, como en sus avances técnicos y de organización social. Es de rescatar entonces el hecho de que: “los niños salvajes[2], sean producto de azar o de la experimentación, pueden ser monstruosidades culturales, pero nunca testigos fieles de un estado anterior” (Lévi-Strauss, Las estrcturas elementales, 1969, pág. 38).

Es decir, puede que aunque parezca lejana la idea de que los trazos nambiquaras sirven para ejercer la esclavitud de quienes lo conocen sobre los que no los conocen, esta idea, por el contrario, guarda la misma dinámica de relaciones que subyace en la sociedad tecnológica moderna, en otras palabras, es bien conocido que ciertos algoritmos fundacionales de las redes sociales son exclusivos para ciertas personas que crean estos medios, quienes tienes el poder económico mundial y el poder de manipulación de masas, como ha quedado expuestos en casos como “Cambridge analytica” (Granville, 2018), pudiendo de esta manera establecer el mismo tipo de pregunta acerca de la esclavitud tanto en la escritura de trazos nambiquara, como en los algoritmos de la sociedad contemporánea.

Nótese pues cierta característica de dominación colindante al conocimiento y la administración de este, expresado en la capacidad comunicativa que se establece entre los individuos de los nambiquara y de la cultura contemporánea.

De esta manera, se pretendía, de manera muy general, entender cómo el estructuralismo de Lévi-Strauss trae una mirada completamente novedosa en el sentido del rescate antropológico y etnológico de las comunidades primitivas, y la manera en como estas son reflejo de las estructuras que fundamentan y subyacen a las relaciones sociales de estos grupos, y que también sucede en las distintas culturas, incluso la contemporánea; la cual puede ser abordada desde las críticas que se hacen a las sociedades primitivas, en donde dichas críticas, al poner a estas sociedad en un paralelismo con los grupos sociales actuales, recaen sobre cada individuo que crítica a estas estructuras que podrían parecer distantes y alejadas por completo, pero en realidad no lo son.

Ahora bien, centrando nuevamente el campo filosófico, es de rescatar la ubicación epistemológica que se les asigna a las estructuras, donde ha de referir el etnólogo y el antropólogo.

Así pues, estas estructuras, subyacen a los grupos sociales, fundamentan sus relaciones, es dinámica y por ende ha de intentarse ir al fundamento más central de cada grupo social para hallar su propia estructura y encontrar ese método que se intenta hallar como ciencia concreta de las ciencias sociales.

Bibliografía

Abbagnano, N. (1996). Historia de la filosofía. La filosofía contemporanea. (Vol. IV). (C. Garriga, & M. Pinotti, Trads.) Barcelona, España: Hora.

Granville, K. (2018). Facebook and cambridge Analytica: What you need to know as fallout widens. The new york times. Obtenido de https://www.nytimes.com/2018/03/19/technology/facebook-cambridge-analytica-explained.html

Lévi-Strauss, C. (1969). Las estructuras elementales del parentesco. (C. Marie, Trad.) Barcelona, España: Paidos.

Lévi-Strauss, C. (1988). Tristes trópicos. (B. Noelia, Trad.) Barcelona, España: Paidos.

Lévi-Strauss, C. (1997). El pensamiento salvaje. Santafé de Bogotá, Colombia: Fondo de cultura economica.

[1] (Abbagnano, 1996, págs. 349-352)

[2] Entre comillas en el texto original. (Lévi-Strauss, Las estrcturas elementales, 1969, pág. 38).

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