Si el tráfico de cocaína –cultivo, procesamiento, distribución local/internacional- no hubiera irrumpido/larvado con tanta fuerza en la enclenque organización económica/social/política/cultural colombiana, desde la década de los sesenta, habría causado menos estragos de los que hoy padecemos.
Resaltamos algunos factores que estimularon su florecimiento: ubicación geográfica privilegiada, extensos territorios sin presencia estatal, pobreza extrema de grandes poblaciones y codicia insaciable de algunos “emprendedores”, circunstancias que confluyeron/propiciaron la transformación del país en una “narcodemocracia” –Miles Frechette, embajador de EE.UU. ante Colombia (1994-97)-.
Desde que Washington inició su fallida “Guerra contra las Drogas” –Nixon, 1971-, Colombia implementó todas las estrategias impuestas por Norteamérica –aspersión, erradicación, sustitución, represión, regulación, etc.-, sin éxito alguno.
Históricamente el incremento de sembradíos/transformación/comercialización ha sido ascendente (204.000 Has. /1.400 Ton., 2021; 230.000 Has. /1.700 Ton., 2023).
El 88% de las áreas cocaleras está situada en 12 municipios colombianos, particularidad que facilita el diseño/ejecución de políticas públicas eficaces para eliminarlas. Cinco décadas de fracasados esfuerzos en la “guerra” antidrogas, obligan a reflexionar sobre el despilfarro de billonarios recursos que podrían haberse empleado eficientemente para superar el problema. La “nueva estrategia antidrogas” de Biden (noviembre 2021), es un auténtico fiasco. La “nueva política antidrogas” de Petro (septiembre 2023), ha generado expectativas en nuestro país y en diversos foros mundiales, pero sus resultados aún NO son perceptibles.
Hasta hoy los modelos implementados han sido predominantemente jurídico/represivos y médico/sanitarios, sin que su aplicación haya resuelto categóricamentge el asunto. Se requiere adelantar una ESTRATEGIA DE SEGURIDAD plurifuncional, interinstitucional, multidisciplinaria e internacional, que integre los diversos factores/agentes que conforman el problema para encontrar alternativas de solución viables. En el tráfico de cocaína intervienen el capital financiero mafioso, insumos/laboratorios/transporte aéreo/marítimo, bandas criminales transnacionales, grandes procesadores de clorhidrato, organizaciones exportadoras/distribuidoras, pequeños cultivadores/cocineros, etc.-. Sintetizando:
¡Productores/Consumidores, unidos por las dinámicas del Mercado! La esencia de la política antidrogas debe centrarse en la SEGURIDAD, encausada hacia el genuino DESARROLLO/ECONÓMICOSOCIAL de las COMUNIDADES productoras y TERRITORIOS específicos, entrelazada con la PRESERVACIÓN/UTILIZACIÓN sostenible de los ECOSISTEMAS naturales. ¡He aquí el QUID!
En la estrategia propuesta, las COMUNIDADES que habitan los TERRITORIOS donde se cultiva/procesa la coca/pasta básica/clorhidrato de cocaína son las principales protagonistas. Ellas conocen sus necesidades/anhelos, terrenos/posibilidades, población/medioambiente, etc.
Su hábitat es el ámbito para instrumentar plenamente todos los mecanismos que comprenden una verdadera Reforma Rural Integral –dotación/formalización de tierras, crédito/aperos de labranza/capacitación/mercados, programas/encadenamientos productivos, vías/infraestructura/conectividad/comunicaciones, conservación medioambiental, justicia alternativa, educación/vivienda/salud, etc.-. Tal entendimiento permite implantar Programas de Desarrollo Territorial acordes con las particularidades/requerimientos de cada región cocalera que, al contar con la efectiva PARTICIPACIÓN de las poblaciones beneficiarias, emplearía razonadamente sus propios recursos, los aportes estatales y la cooperación internacional, ¡sin dilapidarlos!
La activación de tal estrategia es a LARGO PLAZO, lo cual NO contraría la determinación/medición de logros a corto/mediano término y la corrección oportuna de los yerros presentados durante su materialización.
Además, tal ejecución permite adelantar distintas iniciativas surgidas de las poblaciones favorecidas, compatibles con los propósitos de Desarrollo Socioeconómico Colectivo: Vgr., cultivo simultáneo/temporal de coca/nuevos plantíos lícitos –cacao, café, coco, etc.-, mientras se calculan sus potencialidades de mercadeo/rentabilidad.
Lo anterior exige drásticos cambios en la acción de las agencias rurales del Estado –financieras, operativas, técnicas, etc.- y simplificar/reforzar su misión. Igualmente, reclama sobrepasar el marco estrecho de la sustitución de cultivos –personales/familiares- e instaurar un modelo fundamentado en el DESARROLLO RURAL INTEGRAL, la PRESENCIA ESTATAL activa/permanente –servicios públicos/financieros/infraestructura/vivienda/salud/educación/etc.-, la vinculación del SECTOR PRIVADO y el apoyo de la COMUNIDAD INTERNACIONAL.
La resultante de la agenda de SEGURIDAD sería el Desarrollo Económicosocial -transformación regional- y sus metas prioritarias la eliminación de las actividades vinculadas al narcotráfico/conexas, recobrar el dominio/control territorial por la fuerza pública, liquidar las Bacrim de alto impacto, mejorar la calidad de vida ciudadana, incrementar el bienestar comunitario, crear economías lícitas, fusionar comunidades/conservación medioambiental, estimular decididamente la colaboración gremial/empresarial, académica/civil, internacional, etc. ¡LA RESOLUCIÓN DEL PROBLEMA ES MENOS COMPLEJA DE LO QUE SUPONEMOS!
