Entre los técnicos y maquilladores de Caracol hubo caras de sorpresa cuando la ex Miss Universo Paulina Vega fue nombrada presentadora principal de A Otro Nivel a principios del año pasado. Todos creían que iba a ser Linda Palma, quien fue presentadora de apoyo junto a los participantes en camerinos. Ella completaba cinco años abriéndose camino en Caracol, mientras que Paulina Vega no tenía experiencia alguna. Sin embargo, Linda Palma no tuvo problema en asumir su rol nuevamente desde camerinos. Inclusive, ayudaba a la exreina con consejos para que su primera vez ante cámaras fuera un éxito.
Para entonces Linda Palma completaba diez años como presentadora. Antes de estar en Caracol había pasado por City TV, a donde llegó en el 2006 tras participar en Señorita Bogotá. Hizo toda su carrera en televisión procurando que el público la conociera únicamente por su trabajo. Durante años nunca habló sobre la enfermedad que le descubrieron al mismo tiempo que empezó en City TV. La presentadora se guardó el detalle de que tenía esclerosis múltiple. Tampoco le hizo falta contárselo a nadie porque aunque la enfermedad no tiene cura, los medicamentos le habían permitido controlarla sin problema. Siguió con su vida y su carrera.
Pero la enfermedad se hizo sentir diez años después. En octubre de 2016 una crisis la obligó a retirarse de las pantallas por cinco meses. El estrés cotidiano de su trabajo y el nerviosismo que causa estar en directo ante millones de personas, le pasó factura. La enfermedad, que había estado 'dormida', se activó. Los rumores no se hicieron esperar. Se llegó a decir que estaba muerta, que se retiraba de la televisión y que iba a terminar como Stephen Hawking. Aun cuando nada de eso fue cierto, la presentadora estaba hospitalizada. La esclerosis dificulta la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. No podía hablar, escribir o estar de pie. Por esa razón estuvo en terapia con un fonoaudiólogo. Debió aprender a hacer todo de nuevo.
Las terapias aún no terminan. Ya está casi recuperada por completo y falta poco para verla de nuevo en las pantallas de Caracol. A principios de febrero estuvo con sus padres en Paz de Ariporo, Casanare, cumpliendo una promesa que le habían hecho a la Virgen de Manare, patrona de los llaneros de Colombia y Venezuela. Su papá es un militar de Villavicencio. Días antes había celebrado en familia su cumpleaños número 32.
Entre los técnicos y productores del canal hay una escena de sus inicios que aún recuerdan. Ella estaba presentando uno de los realities, cuando Caracol tenía directos, y en ese momento cometió un error que pudo ser fatal. Confundió las votaciones del público al aire. Anunció que el participante incorrecto llevaba la delantera. Por el auricular que tenía puesto le cayó una lluvia de palabras entre las que "bruta" era la más amable. Todo ocurrió en cuestión de segundos, y como si estuviera hablando con un amigo, reconoció su error con una sonrisa de oreja a oreja. Volvió a decir los porcentajes de las votaciones. Esta vez de forma correcta. Cuando se apagó la cámara se le vio afectada. Pero al aire, salvo la risa por el impase y su corrección, no se notó nada de la histeria que soportó su oído gracias a su profesionalismo y preparación.
La crisis ya es tema superado. A pesar de que le tocó destapar su secreto, se encargó de dejar claro que no se va. Habló para La W, Blu Radio, Aló, Semana, Caracol y les dijo que todo está bien, que la enfermedad nuevamente está controlada. No hubo revista en el país que se quedara sin hablar del tema. Su público quería saber de ella y con las buenas noticias quedaron tranquilos. Saben que habrá Linda Palma para rato.