Terminó en Bogotá un Congreso Internacional de Trabajadores del Estado del Continente Americano, y el Caribe que congregó a cientos de sindicatos desde el Canadá hasta la Argentina.
Los grandes medios de comunicación hacen noticia y eco de cuánta perogrullada, trivialidad, sandez o pronunciamiento hace un político de la elite.
Comportamiento distinto del que hacen de los congresos de las elites económicas los espacios desde donde se gobierna al país.
Y hasta señalan quién deben de ser los gobernantes. Son unos medios serviles y funcionales al poder económico y político.
Pues bien, se desarrolló en Bogotá el congreso internacional de PSI, una de las grandes organizaciones sindicales del mundo que agremia millones de trabajadores del estado de todos los continentes.
En este congreso se abordaron temas de gran importancia y trascendencia para el mundo de los trabajadores, como la democracia después del triunfo de Trump, el futuro del planeta en materia de medio ambiente, del trabajo y la inteligencia artificial, de las economías y los sistemas tributarios, de los trabajadores cuidadores, de la negociación colectiva, del respeto por las minorías, etc., y ni un pasquín hizo cubrimiento. Participaron líderes de todo el continente, senadoras republicanas de EEUU, observadores europeos.
Se hizo énfasis en ña necesidad de poner la lucha de los trabajadores por encima de ideologías y partidos políticos, y menos ser cómplices del clientelismo de la corrupta clase política.
Es simple: una democracia no es sana sino se tienen en cuenta las voces de los trabajadores organizados