Recuerdo perfectamente las palabras de mi entrenador de básquetbol hace más de diez años: “una casi cesta no vale”. Esa frase en su momento me marcó. Yo tenía alrededor de doce o trece años y un hombre muy sencillo, de gran carisma, me estaba enseñando a pensar como un adulto.
“Los casis no valen” es una sentencia que me he repetido desde entonces, que le he repetido a muchas personas que pasan por mi vida, en un leve intento de evitar tanto conformismo. Me cuesta mucho concebir que las personas en Colombia perciban tantas derrotas como victorias, es realmente absurdo. Ni Maturana es tan cínico. Yo entiendo que hay que intentar reconfortarse, pero ¿se ganó algo? Posiblemente, pero no fue la consulta, eso es un hecho.
No intenten ponerse paños de agua tibia y decir “ganamos mucho, el cambio ya viene”, el cambio tuvo su oportunidad y falló. Hubo un incremento de votantes dirigidos por solamente una idea, eso es cierto, como también es cierto que no se ha ganó la jornada de votación.
¿De cuál victoria hablan? Despierten, no intenten tapar el sol con un dedo. Aténgase a los hechos, no a las anécdotas. Por ejemplo, un partido de básquetbol no se gana anotando más puntos que en partidos anteriores, se gana anotando más puntos que el rival durante el tiempo de juego.
Casi consigo el empleo… Casi me ascienden… Casi paso la materia… Casi me gradúo… Casi firmamos el contrato… Casi me gano el premio... Casi cualquier cosa... Casi, casi, casi… Casi me da me da un infarto siguiendo esos resultados catastróficos y previsibles. No es que casi le damos una bofetada a la corrupción, es que no se la dimos. Es muy simple: o se gana o se pierde.
Se ganaron posibles votantes en un futuro, pero es el futuro, no es el ahora. En un futuro cualquier eventualidad les puede hacer cambiar de parecer, las posibilidades son muchas, casi infinitas. “Si pierden, entrenen duro, si ganan entrenen aún más duro”, no se debe ser conformista en la derrota, mucho menos en la victoria. No existe ningún resultado garantizado.
“No vaya solo, espere que alguien suba”. Estos paradigmas políticos solo se cambian con unidad, pero esta nación está desunida. Si no lo hacemos nosotros, nadie más lo hará, es tan simple como eso. Ningún otro equipo puede ganar por nosotros, no estuvimos presentes lo suficiente. No hubo cómo jugar el partido. Perdimos por W.