Lo peor de Colombia es su gente, somos violentos a más no poder

Lo peor de Colombia es su gente, somos violentos a más no poder

"Al parecer por nuestras venas no corre sangre, sino veneno, cianuro. Tenemos el diablo metido entre pecho y espalda, a la espera del papayazo para dejarlo salir"

Por: Orlando Gaviria Giraldo
julio 13, 2017
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Lo peor de Colombia es su gente, somos violentos a más no poder
Foto: 90min

Más se demoró el Bayern de Múnich en presentar a James Rodríguez como su nuevo refuerzo que algunos colombianos en amenazar e insultar, vía internet, al portador de la camiseta número 10, Arjen Robben. “Calvo hp, entréguele la 10 a James”, fue uno de los ofensivos mensajes tendencia. Y cuando el volante colombiano jugaba en el Real Madrid, el vilipendiado era Zidane, a quien miles de compatriotas le echaban la madre casi a diario. Después de que Soner Ertek lesionó, sin dolo, a Falcao dejándolo fuera del mundial de Brasil 2014, millones de tuiteros criollos amenazaron de muerte al pobre tipo. El hijo menor de edad de un reputado exfutbolista de Nacional se presentó a un reality musical y tuvo que salir de este, no por mal cantante sino por decisión de sus padres, quienes no soportaron que miles de internautas trataran a su hijo de “loquita”, “mariposa”, “roscón” y demás adjetivos descalificativos.

A Gina Parody y Claudia López, dos políticas quienes abiertamente han aceptado ser lesbianas, algunos internautas no las bajan de “marimachas”, “machorras”, “areperas” e incluso alguno dijo que “había soñado con la muerte” de las damas. También, escudándonos cobardemente detrás de un escritorio, tratamos de perdedor al mejor ciclista de nuestra historia, Nairo Quintana, por ser humano y flaquear en el Tour de Francia, de mediocre a Rigoberto Urán, quien en cada competencia ciclística arriesga su vida por tratar de ganar una etapa bajando a 80 kilómetros por hora.

Alguna vez, en un artículo escrito para la revista SoHo –Colombia, tierra querida–, el escritor cartagenero Efraím Medina Reyes nos dibujó con caracteres tal cual somos, dijo de nosotros: “En mis viajes por distintos países del mundo no he encontrado a ninguna persona con la agresividad media de un colombiano”, además, agregó: “Los registros mundiales indiscutibles de Colombia son tener el mayor número de secuestrados, el mayor asesino de niños de la historia, la mayor cantidad de accidentes fatales por conducir borrachos, la mayor cantidad de muertos por las razones más tontas”.

Así somos en este país: violentos a más no poder. Si no estamos de acuerdo con algo o alguien, lo maltratamos o, incluso, lo amenazamos de muerte. Al parecer por nuestras venas no corre sangre, sino veneno, cianuro. Tenemos el diablo metido entre pecho y espalda, a la espera del papayazo para dejarlo salir. Si me abollas, sin culpa, mi automóvil, me bajo de él, cruceta, macheta u otra arma en mano, con la firme intención de asesinarte. Si me críticas por algo, con o sin razón, te gradúo como enemigo y te vomito, en público o en privado todas las palabras soeces que conozco y además te injurio no sólo a ti sino a toda tu familia. Si llevas puestas la camiseta de un equipo de fútbol y yo soy hincha de otro, el rival de patio, por ejemplo, te apuñalo y te quito lo más sagrado: la vida.

Acá, infortunadamente, la vida no vale nada. No vale ni mierda. Acá matamos por ver caer. Por simple diversión. Hasta matamos por encargo. Los sicarios más “lámparas” del mundo son colombianos. Y por eso en todas partes del mundo nos estigmatizan, nos temen…y nos odian. Y con justa razón.

Por ello el título de este escrito: Lo peor de Colombia es su gente… y lo mejor, también. Porque no podemos negar que este país está habitado por gente hermosa, generosa y amable, que incluso es capaz hasta de ofrendar su vida por salvar la de los demás. En las tragedias, como las de Armero y Mocoa, dejamos ver el Dios que todos llevamos dentro: colaboramos, oramos; donamos, con amor, comida, ropa y demás enseres. Pero cuando nos da la gana, dejamos salir al diablo y asesinamos a nuestro prójimo, o le desfiguramos  la cara arrojándoles ácido, o simplemente lo amenazamos de muerte por las razones más estúpidas, por escribir esta nota, por ejemplo.

Lo mejor de Colombia es su gente: Gabriel García Márquez, Totó la Momposina, Carlos Vives, Fernando Botero, Falcao, Caterine Ibargüen, Piedad Bonnet, Margarita Rosa de Francisco, Héctor Abad Faciolince, y millones de compatriotas más, son un claro ejemplo de ello. Pero lo peor de Colombia también es su gente: Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, Popeye, Carlos Castaño, El Mono Jojoy, Romaña, Luis Alfredo Garavito, son un ejemplo de ello.

Los colombianos estamos enfermos de maldad. Y hasta que no reconozcamos que padecemos la enfermedad, no nos podremos curar.

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