Si hay algo que ha caracterizado a la especie humana desde sus más remotos orígenes, es su ímpetu innovador. Nuestros genes transmiten, de generación en generación, la información requerida para ensamblar millones de moléculas orgánicas en una compleja y fascinante máquina de creatividad e inventiva, la mente humana. Esta máquina, en conjunción con otras, es capaz de idear soluciones inteligentes para enfrentar los diversos problemas con los que la reta constantemente un medio ambiente perpetuamente cambiante. Esa fue nuestra clave de éxito evolutivo.
Nuestra creatividad e innovación no solo se ha manifestado en la aparición exponencial de tecnologías que extienden el poder de nuestros sentidos, de nuestra fuerza, destreza e intelecto; también nos hemos caracterizado por nuestra capacidad para idear nuevas tecnologías de interacción social para resolver problemas, cambiantes y recurrentes, de cooperación y coordinación social. Siempre hemos sido innovadores sociales; desde que inventamos nuestras normas más básicas de cortesía o distribución de alimentos en la tribu, pasando por los códigos legales de las primeras ciudades-estado, hasta los esquemas de chequeos y balances de las constituciones democráticas.
Entonces, ¿qué tiene de nuevo la idea de innovación social, que ronda con tanto furor hoy en día? En el Taller de Innovación Social de la Universidad Tecnológica de Bolívar nos hemos propuesto estudiar con cuidado el concepto de innovación social, teniendo en cuenta, no solo la gran diversidad de facetas que adquiere en la práctica, sino además, su rol dentro de una teoría general del comportamiento social y el desarrollo humano.
En este sentido, hemos encontrado algunos elementos novedosos en la concepción y la práctica actual de la innovación social, que pueden integrarse en la construcción de un esquema de innovación social aplicable y replicable.
En primer lugar, se está desvaneciendo aquella disyuntiva que nos limitaba a ver los estados y los mercados como únicos mecanismos de solución de problemas sociales; o privatizar o estatizar. Hoy, no solo se plantean múltiples modelos de rediseño y recombinación de los mercados y los estados más allá de las formas en las que los hemos conocido durante el último siglo; además, los individuos, grupos de personas, comunidades, organizaciones sociales, empresas, academias, fundaciones, organismos y organizaciones internacionales han tomado también las riendas de la organización y el cambio social.
Hoy también contamos con una imagen más compleja y empíricamente informada de la naturaleza humana; esta rica imagen científica y humanista del ser humano ha comenzado a desdibujar la vieja disyuntiva entre el homo oeconomicus y el homo sociologicus. Grupos interdisciplinarios de científicos sociales están ofreciendo cada vez mejores explicaciones del comportamiento humano individual y social, así como cada vez mejores más variadas soluciones para diversos problemas de cooperación y coordinación.
Por otra parte, se están haciendo esfuerzos para sistematizar —de tal manera que pueda ser enseñado y replicado— el pensamiento del diseño. Compañías como IDEO, y Acumen están intentando desentrañar los misterios del pensamiento creativo para que éste pueda ser implementado, cada vez más de la mano con las comunidades, en el diseño de soluciones innovadores a problemas sociales.
Así mismo, durante las últimas dos décadas se ha avanzado mucho en la refinación de los métodos para desarrollar procesos de evaluación de impacto científicamente rigurosos. Esto no solo hace que podamos saber con mayor precisión y detalle qué funciona y qué no funciona, sino que, además, potencia uno de los principales motores de innovación social: la experimentación de alternativas diversas para la determinación de las mejores soluciones.
Por último, el florecimiento de la Internet, y muy especialmente de las múltiples y variadas redes sociales —blogs sobre innovación social y desarrollo, comunidades virtuales como TED.com, intercambio de ideas a través de Facebook y Twitter, etc.— hace que todos los que quieren o buscan efectuar transformaciones sociales en sus comunidades puedan estar hoy por hoy mucho menos aislados y solos que antaño, y que cuenten con apoyo, información y conocimiento diverso, y de alta calidad, a la hora de diseñar y llevar soluciones a la práctica.
* Este texto está basado en una presentación del autor en el TEDxCartagena Change, organizado por la Fundación para la Educación Multidimensional y auspiciado por la Bill & Melinda Gates Foundation. Una versión anterior apareció en la revista Avance Economía y Negocios, de la Universidad Tecnológica de Bolívar.