"Lo mínimo que debe tener un proceso de paz con las Farc son los estándares de justicia aplicados a los paramilitares"

"Lo mínimo que debe tener un proceso de paz con las Farc son los estándares de justicia aplicados a los paramilitares"

La candidata Marta Lucía Ramírez habla clara y directamente con la periodista Natalia Orozco. Critica el gobierno actual y habla sobre la relación entre campo y seguridad. Vea la entrevista

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mayo 18, 2014

Sección apoyada por Oxfam | CRECE - "Lo mínimo que debe tener un proceso de paz con las Farc son los estándares de justicia aplicados a los paramilitares"En entrevista con Las2Orillas, Oxfam y “La Controversia”, la candidata por el partido conservador, Marta Lucía Ramirez aceptó que el TLC con los Estados Unidos tiene grandes falencias pero le parece populista decir que “se debe renegociar”. Critica que el gobierno actual no utiliza los remedios comerciales que proporcionan los tratados para proteger a los pequeños productores de la competencias subsidiada que llega de Estados Unidos y Europa y asegura que "en Colombia no habrá seguridad mientras el campo siga empobrecido".

Exministra de Defensa y de comercio, Marta Lucía Ramirez rechaza el TCL con Corea y aun más aun el fututro TLC con China .

Sobre el tema de los baldíos la candidata “no se los vendería a nadie, ni nacional ni extranjero. Ni se las regalaría a los campesinos. A los campesinos se las entregaría en un comodato, prestadas, sin cobrar nada y al sector privado a todos se las alquilaría a precios costosos”

Finalmente,  no se compromete a respetar lo que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos  esta negociando con las FARC en la Habana "hasta no conocer los detalles de los acuerdos". Finalmente  dice que en los acuerdos de paz,  deben haber los mismo estándares de justicia transicional que se el aplicaron a los paramilitares  para los miembros de las FARC,  del ELN e incluso las fuerzas militares que hayan cometido delitos. Rechaza de forma radical la reelección, incluso si ella fuera elegida presidente.

No son pocos los estudios que dicen que el TLC con Estados Unidos  está hecho de una manera asimétrica que puede hacerle mucho daño sobretodo a los pequeños productores. ¿Cuál es su posición frente al tratado?

Pues lo primero es señalar como durante nuestro programa y campaña hemos venido insistiendo en que la salida de Colombia y sobretodo  la paz verdadera de nuestro país, tiene que articular cinco elementos fundamentales: un pacto por la seguridad por la ediccion por la salud por la justicia y por el pleno empleo. Y dentro de este ultimo esta la reindustralización del agro. Para mi es prioritario el sector agrícola no solo desde el sector comercial.  También desde la seguridad.  y tengo clarísimo que hay una relación entre la seguridad de los colombianos y el campo. No puede haber seguridad con un campo empobrecido.

Yo voy a ir a puntos muy concretos. ¿A usted le parece, sí o no, que el tratado de comercio con los Estados Unidos es un buen tratado?

Si se trata de decir sí o no, no. Yo hubiera negociado muchas cosas distintas. Pero esto no es tan simple en el mundo como sí o no. Se trata de sopesar las consecuencias de decir no al tartado y de evaluar las consecuencias que tendría para Colombia afrontar las demandas de los diferentes países. El país tiene que sopesar para ver si se decide a meterle la mano al campo, que es lo que yo haré durante nuestro gobierno y meter a fondo una política agrícola que fortalezca el agro colombiano o si prefiere gastarse la plata en una serie de multas y dejar quebrar la agricultura. Porque no basta con que usted trate de echar para atrás los acuerdos comerciales para poder recuperar la agricultura.

¿Estaría usted dispuesta a, si se comprueba que hay dumping, a demandar ese dumping en esos productos?

Pero por supuesto, por supuesto. Es que eso es una pregunta que es hecha por una persona muy conocedora de los temas y sabe que lo absurdo de este gobierno es no utilizar los remedios comerciales que proporcionan los tratados. Pero fíjese que estamos hablando de dos cosas distintas. Una es si usted, sí o no, va a sostener el tratado y la otra es si usted va a utilizar los remedios comerciales del tratado. Claro que eso hay que utilizarlo.

¿Entonces usted está diciendo que es mejor sostener este tratado, que irse con los que sostienen que se debe renegociar o demandarlo?

Es que yo realmente creo que lo que se debe hacer es una política agrícola que de verdad le dé el apoyo necesario al campo. El tratado, de todas maneras hay que sostenerlo, sí o sí. Lo que me parece totalmente inaceptable es la falta de una política agrícola seria en Colombia.

Hablemos del tratado de libre comercio con Corea.

Fíjese usted lo curioso. Ese fue un tratado que yo critiqué durante los últimos tres años que era consultora. Dije que era una equivocación, que el de Turquía era un error, que el de China era inaceptable. ¿Qué salió? La propia sociedad agricultora salió a defender el tratado con Corea.

¿Y si usted es presidenta, qué va a hacer?

Pero por supuesto no voy a negociar ninguno de esos tratados. Por ningún motivo. Si yo lo tuviera en mis manos no lo negociaría. Cuando usted todavía no lo ha convertido en una ley, todavía tiene un margencito para hacerle ajustes al tratado, el de Corea todavía tiene alguna oportunidad. Si yo fuera presidenta hoy, no lo sometería a aprobación.

¿Asumiría usted el costo político de decirle a Estados Unidos o “O se renegocia o demando”?

Es que es muy populista, muy fácil decir “denunciémoslo” porque a la gente le gusta decir girar cheque en blanco contra las generaciones futuras. Eso es una irresponsabilidad y yo no lo pienso hacer. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para proteger el agro colombiano, para darle competitividad, para generar cadenas de valor que permitan tener alimentos procesados que sean competitivos, que podamos exportar, que puedan aprovechar el mercado interno en lugar de estarnos llenando de importaciones y hay un espacio inmenso para mejorar las condiciones del agro, sin que sea el recurso del sí o no al tratado, de lo que dependamos.

¿Cree usted que se debería de presentar un nuevo proyecto al congreso respecto al tema de los baldíos?

¿Quiere que le diga yo que haría con los baldíos? No se los vendería a nadie, ni nacional ni extranjero. Ni se las regalaría a los campesinos. A los campesinos se las entregaría en un comodato, prestadas, sin cobrar nada y al sector privado a todos se las alquilaría a precios costosos, a largo plazo, porque usted lo que tiene que garantizar realmente, es tener la tierra, hacerla productiva, generar producciones que sean competitivas y eficientes. Yo no se la vendería por ejemplo, a la inversión extranjera y soy la única persona que en este país cuestionó el tema de vender la tierra a la inversión extranjera hace dos años y le hice presentar un proyecto de ley al partido conservador. Proyecto que después el mininistro Restrepo le pareció que no era. Pero aquí lo que tenemos nosotros que entender es que aquí lo que está de por medio es lograr que el campo colombiano produzca, genere ingresos al campesino, que le haga atractivo al campesino permanecer en el campo y sobretodo, a la gente joven.

¿Con usted como presidente cuál va a ser el futuro de las zonas de reserva campesina?

Pues mire, yo realmente, creo que la legislación actual, en materia de zonas de reservas campesinas, buscaba algo distinto. Creo que esto se ha ido deformando en el concepto que existe. Si usted mira la ley y lo que están pretendiendo algunos, no hay ningún problema. El problema está en lo que se está pretendiendo. Creo que acá en ningún territorio puede haber ningún tipo de autonomía. Lo que quería las FARC, que lo planteó al inicio de las negociaciones, fue lo que dio lugar a que el entonces ministro de agricultura dijera “¡Aquí republiquetas no, aquí republiquetas ninguna!”

Pero por esos días yo viajé a La Habana a entrevistar a Pablo Catatumbo y a Iván Márquez y les pregunté si eso era lo que querían y me dijeron que no, que ellos solamente pedían que fuera lo que dice la ley…

Yo tengo pocos acuerdos con las FARC, pero en lo único que estoy totalmente de acuerdo es que aquí hay una institucionalidad, mientras las leyes estén vigentes, esas son las leyes que hay que cumplir. Mientras esa ley de la reserva campesina esté vigente, esa ley hay que cumplirla, pero sin que el estado caiga en la actitud bobalicona que a veces creen algunos de pensar que entregando más autonomías es que vamos a lograr la paz de Colombia.

¿Marta Lucía Ramírez, presidenta de Colombia, respetaría lo que sea que haya acordado el gobierno con las FARC en La Habana?

No, lo que sea que sea haya acordad no. Yo creo que el país merece conocer lo que se ha acordado. Por eso le insistí tanto al Presidente Santos que hiciera un proceso transparente. Si uno encontrara que en la negociación hay algo que es absurdo, y con tanta especulación se ha dicho tanta cosa absurda, pues uno tiene que decir a tiempo “a esto no le jalo”.

Doctora Ramírez, hay un tema que a mi personalmente me ha inquietado y es la timidez con relación al asunto de la mujer. Usted ha sido la única de los candidatos que ha hablado del tema de la mujer en el campo, aunque un tanto tímida…

¡No, cero tímida! Al contrario. He dicho que tenemos que empoderarla, educarla, capacitarla, voy a llevar aulas virtuales a las zonas rurales de Colombia para darle capacitación a la mujer. Para darle a ella autonomía económica, enseñándoles a ser empresarias, para que sean parte del procesamiento que necesitan los alimentos, volviendo al tema del TLC.

¿Sustitución o erradicación de cultivos?

Para mí, erradicación de cultivos con sustitución. Es que usted tiene que arrancar la mata y sustituirla. Yo la quiero sustituir por alimentos, total política de sustitución. La fumigación no me gusta pero quiero que realmente haya una política a fondo, de erradicación y sustitución.

¿Anularía usted la fumigación?

Quiero meterle a fondo a la sustitución para tratar de eliminarla.

Vamos a hablar ahora sí, directamente, del tema de la paz. A mi me ha sorprendido la manera como usted ha sido crítica con este proceso con las FARC, pero no sucedió lo mismo con los acuerdos que se trataron de hacer con el ELN…

No, yo he sido igual de crítica con los dos, lo que pasa es que con el ELN no conocíamos nada. Yo he dicho que con cualquiera de los grupos armados que se pretenda llegar a un acuerdo debe haber una serie de condiciones. Mis críticas son idénticas con el uno y el otro y mi voluntad de llegar a una negociación que sirva sería idéntica con el uno y el otro si cumplen las condiciones.

Pero la vemos, o la vimos a usted, más silenciosa cuando el expresidente Uribe estaba negociando con los grupos paramilitares…

¡Noo! No, no, no. Perdóneme pero yo puedo  admitir  que tenga una memoria selectiva. Lo que pasa es que tal vez usted como vivía en el exterior, no sabe que yo en ese momento era congresista, en el 2006 y tuve la valentía de pararme como muy poquitos, contra el tema del paramilitarismo y en contra de la posición de algunos congresistas que olímpicamente querían evadir la acción de la corte y querían entonces que los investigara la fiscalía. Tuve el carácter de decir que aquí nosotros tenemos que exigir responsabilidades políticas, empezando por los presidentes de los partidos, y tuve yo la iniciativa de proponer la silla vacía en la reforma…

¿Entonces estaría usted de acuerdo con una justicia transicional, como la que se aplicó a los paramilitares bajo el gobierno de Álvaro Uribe?

Claro que sí, porque es que en lugar de señalar, uno lo que tiene que hacer es que leer completo lo que las personas dicen. Lo que yo siempre he dicho es que estoy completamente de acuerdo con la justicia transicional y que lo mínimo que debería tener un acuerdo con las FARC y el ELN, es el mismo estándar que hubo con el paramilitarismo. Lo que tampoco aceptaría yo es que pretendan llegar a la política, no los líderes de esta organización. Que haya el día de mañana un partido político de las FARC ¡Claro que sí! Si se logran hacer elegir.

Pero si al final aquí hay un acuerdo que le dé beneficios y exenciones judiciales a los miembros de las FARC, lo mínimo que hay que darle a los miembros de la fuerza pública es igual.

Porque es mucho más grave que un exceso lo cometa una persona que está sujeta a la ley a que…

Yo creo que es difícil categorizar. A mi me parece que es igual de grave cuando usted comete un atentado terrorista a sabiendas, si mata a un pobre campesino como hicieron las FARC en noviembre en Pradera y sale el Presidente de la República y nos dice a nosotros que si llega a haber algún magnicidio contra alguien importante eso si levanta la mesa de negociación. ¡Por favor! Es que acá tanto las FARC como el ELN se han ensañado contra la gente más pobre de este país, por eso me parece que es execrable y por supuesto, cualquier exceso de un militar tiene que tener la misma drasticidad en la aplicación de la ley.

La sentimos menos reivindicativa cuando se hablaba de la reelección de Álvaro Uribe que con la de Juan Manuel Santos…

Usted debería saber muy bien que yo estuve en contra de la reelección. Me costó un distanciamiento con el uribismo, renuncié al congreso por eso.

¿Entonces es por esos mismos principios?

Es por esos mismos principios ¿Sabe usted cual es la diferencia mía con mucha gente de oportunidad? Es la coherencia. Es que hay gente de oportunidad que se monta en los temas. Yo he tenido coherencia, por eso nunca he sido tan simpática para el periodismo, de pronto nunca he sido tan interesante para los analistas, porque les he parecido ladrilluda. En este país de pronto la coherencia es ladrilluda, pero yo he preferido siempre estar por la coherencia y no por el aplauso mediático y de corto plazo.

Entonces no a la reelección, así sea usted la presidenta…

La quiero eliminar el primer día que llegue…

¿Pero cómo lo va a hacer con una bancada y un partido conservador ausente?

Para eso se necesita hacerles entender que la labor de ellos en el congreso no es ver como estar feríandose el estado ni como estar recibiendo cuotas de poder como ha sucedido con el Presidente Santos, que les ha entregado porciones enteras del estado para poder satisfacer ese apetito y poder cumplir con su aspiración a la reelección. Cuando usted no aspira a reelección puede centrarse en lo que el país necesita.

Por eso yo voy a convocar, no solo al conservatismo, sino a todas las bancadas del congreso. Porque con proyectos que sean sensatos, que de verdad estén animados por un espíritu real de transformación de esta sociedad. Por ejemplo, usted no menciona un tema que es mi bandera, la corrupción. Este es un país dónde la corrupción le ha servido a todos…

Ayer estuve sentada con Enrique Peñalosa. Todos hablan contra la mermelada y la corrupción…

¡No, no, no, perdóneme! No me ponga el ejemplo de un candidato que nos está hablando de politiquería en las cuñas. Más bien mire cual es el tema de presencia  y de propuestas y de talante frente a la corrupción.

Pero es que es imposible hacer política sin algunas concesiones…

¡No, mi querida! Eso no es imposible. Vea, yo llegué al congreso y no he comprado un voto, y jamás lo compraré. Yo llegué al congreso y saqué adelante proyectos de ley muy importantes y son leyes de la república y jamás le pedí un puesto al gobierno de turno.

¿Usted piensa que Álvaro Uribe le entregó a Colombia un país mejor del que recibió?

En materia de seguridad, de confianza en el país, de esperanza, infinitamente mejor. Hay miles de cosas dónde hubo errores y además lo señalé en mi tiempo. La invito a que pida el material de hora veinte de hace siete años, cuando manejaba Néstor Morales… Y hace siente años invitaba panelistas, yo era uno de los panelistas que iba con frecuencia. Busque usted el material que hay allí sobre las posiciones mías frente al gobierno. Fui muy crítica de varias cosas del gobierno del Presidente Uribe. Fui muy crítica frente al manejo que algunos miembros de su bancada le daban a las relaciones en el estado, fui muy crítica también de que hubiera metido a Chávez y a Piedad Córdoba en el acuerdo humanitario.  Es que esa es la ventaja Natalia, cuando usted en la vida lo que tiene de capital no son los apellidos ni es el que le hayan entregado un patrimonio político, ni que le hayan hecho ser la cuota de nadie, sino su capital es la seriedad y la coherencia. ¿Usted cree que yo lo voy a dilapidar tan fácilmente?

El agro y la paz en la agenda de los candidatos

Juan Manuel Santos Óscar Iván Zuluaga Clara López Marta Lucía Ramírez Enrique Peñalosa
Juan M. Santos (no dio entrevista)

Óscar Iván Zuluaga

Clara López

Marta L. Ramírez

Enrique Peñalosa

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