ISIS 2015 = Los Estados Unidos & Cía. 2003
Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Los medios de comunicación han difundido en los últimos días un número importante de vídeos donde se puede apreciar, como hombres del Estado Islámico – también conocido como ISIS – destruyen de manera despiadada lugares históricos en Irak. Las escenas dejan ver como en cuestión de segundos son derribadas construcciones asirias levantadas hace más de 2.000 años; ciudades históricas como Nimrud, fundada en el siglo XIII antes de nuestra era, ubicada a solo 30 kilómetros de Mosul, la más importante ciudad al norte de Irak; u otras legendarias como Hatra, también al norte del país e inscrita como patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1985.
Esas actuaciones dejan ver el grado de brutalidad con que actúan los yihadistas, pero también permite observar la memoria a corto plazo que tiene la sociedad occidental, pues se asombra por los desmanes hoy cometidos por ISIS, olvidando lo ocurrido hace solo una década atrás.
Ese mismo pueblo iraquí lleno de historia, heredero de los ríos Éufrates y Tigris, escenarios del génesis de la civilización; sufrió los estragos de una guerra deshumana y sangrienta a manos de Los Estados Unidos & Cía.
Con la excusa de liberar a los iraquíes de la tiranía y los vejámenes del dictador Saddam Hussein, George W. Bush, presidente de EEUU, para la época, envió todo su arsenal bélico al país asiático el 20 de marzo de 2003. Las tropas norteamericanas, conformada por cerca de 225.000 efectivos, tocaron suelo iraquí con la premisa de inmovilizar la “amenaza mundial” que representaba Saddam Hussein y sus supuestas armas de destrucción masiva (ADM) que, a propósito, jamás aparecieron.
Como tampoco se impuso el “poderío militar” de Hussein - el hombre más peligroso del mundo, según Bush - ante la opulencia desquiciada de las tropas norteamericanas que para el 9 de abril del 2003, es decir tan solo 19 días después de haber pisado tierras asirias, ya se encontraban instaladas en Bagdad, la capital de iraquí, luego de derrotar con cierta holgura a la Guardia Republicana, bastión hasta ese momento de la dictadura. Pero antes de conquistar Bagdad, las unidades invasoras ya tenían bajo su control gran parte del país; ciudades como Mosul, Kirkuk y Tikrit, al norte, y Basora junto con Kerbala, al sur, eran de domino extranjero.
Para lograr ese objetivo – al que luego, el 1 de mayo, George W. Bush llamaría: Mission acomplished! (¡Misión Cumplida!), las tropas norteamericanas usaron la artillería más devastadora existente, arrasando con todo aquello que significara un potencial peligro, es decir, civiles indefensos, hospitales, escuelas y, adivinen que, el patrimonio asirio y babilónico de los pueblos y ciudades a donde llegaban. Solo en Bagdad fueron destruidos un sinnúmero de museos y bibliotecas milenarias; y, como si fuera poco, durante la invasión, aprovechando la anarquía, fueron robadas más de 9.000 piezas del Museo de Bagdad que incluían tablillas cuneiformes y una colección de joyas del siglo VIII conocidas como ‘Tesoros de Nemrod’; El Banco Nacional de Irak, también fue destruido durante los bombardeo y al retirar sus escombros las fuerzas invasoras tuvieron acceso a las cámaras blindadas donde se guardaban parte del patrimonio del país, ¿qué pasó con todos esos tesoros? La respuesta tal vez se encuentre en algunos museos de Nueva York, Berlín o París. El colmo de toda esa destrucción patrimonial histórica – no solo de Irak, sino de la humanidad – fue sepultar la mítica Ur con hormigón; o la construcción de una base militar por parte de la fuerza aérea norteamericana en el lugar donde hace más de 6.000 años se ubicó la ciudad de Eridu, donde vivió Abraham.
Lo realizado por ISIS, en contra del patrimonio iraquí, es un crimen de guerra como lo asegura la UNESCO y también se puede calificar como acto terrorista, y merecen el mayor de los castigos. Ahora, a lo que hicieron Los Estados unidos & Cía. ¿Cómo se le puede llamar?
