En los años cincuenta los muiscas en Suba constituían el 60% de la población. Hoy apenas son el 0.1%. En todo Bogotá son 10.341 que están divididos en 13 clanes que viven en Bosa, Suba, Cota Chía y el cabildo de Sesquilé. En suba, una población de 1.700.000 habitantes están en Tibabuiyes, Tunabaja, los cerros de Tuna y Rincón de Suba. Su gobernador es Jeison Fabian Triviño, un hombre joven de 29 años que fue elegido en el 2022 como la máxima autoridad de esta etnia.
En Suba ocupan un inmenso espacio de 80 mil metros cuadrados pero mucho cuidado, que los muiscas tienen muchos problemas para lograr preservar su tradición, su legado. La aculturación ha hecho que muchos indígenas decidan no seguir el legado de sus ancestros, los jóvenes deciden dejar de ser indígenas para no sufrir ningún tipo de discriminación. Para prevenir que esto siga pasando han creado unas escuelas de formación para conservar sus tradiciones y defenderse de la discriminación y la violencia sicológica.
Sin embargo aún venden chicha, venden comidas y siguen creyendo en las bondades medicinales de sus plantas. Tienen huertas para producir sus alimentos. Cultivan lombrices, siembran maíz, papa, frijol y hasta venden gallinas. Algunos trabajan aún la orfebrería, hacen artesanías de barro, narigueras, vasijas. Como vendedores informales llegan a ganar entre 60 y 70 mil pesos al día. Incluso tienen una guardia indígena que la componen 52 muchachos. En el cerro del Indio, en Suba, encontraron un símbolo que tiene 1.200 años. Aún siguen llamando Bogotá a la luna y Tunja al sol. Creen que la historia es una serpiente que se muerde la cola, que todo es cíclico y que llegará de nuevo el día en el que ellos vuelvan a mandar sobre la tierra, antes que los hombres blancos invadieran con sus caballos y sus espadas el reino de sus dioses.