Como principiante que se respete, debo de reconocer que, como tema para mi primer artículo para este portal, hice una pésima elección. Al igual que HBO al reducir el número de capítulos por temporada, pero esa es otra historia. El asunto acá es el hartazgo que se ve desde los guionistas, los actores, el propio George R.R. Martin y demás de la propia serie. Me atrevería a decir incluso que el mismo público ya está cansado de la misma. Y con el mismo público meto también en la bolsa al público más acérrimo de GOT. Incluso yo puedo colarme un poco en ese grupo. Cuando en 2017 se estrenó la séptima temporada veía sagradamente cada capítulo como si se tratara de un magnánimo evento, sin embargo, ese mismo año se dio el principio del fin. Tanto metafóricamente como literalmente.
El anuncio de la reducción de capítulos y del retraso de la octava temporada hasta el presente año, además de la extensión de capítulos, encendió mis alarmas. En ese entonces pensé: ¿me quitarán esa hermosa fórmula de capítulo de 40-60 min en promedio por más tiempo y menos capítulos? Si algo está yendo de maravilla, ¿para qué cambiarlo? Y bueno los resultados se están viendo. No hace falta que repita la cantidad de fallos de todo tipo, tanto argumentales como de lógica y… ¿qué hace un maldito café ahí? Si esa no es señal de que ya no hay amor por lo que están haciendo no se cual otra exponer.
Debo decir que crecí viendo la trilogía del anillo y una y otra vez (eran las únicas películas que teníamos). Por lo tanto, desde pequeño confié y creí en la justicia poética. Con reyes que buscaban el poder para salvar y no para mandar. Hermoso, pero poco real, demasiado poético. Con el tiempo me di cuenta de que no siempre el bueno gana y el malo pierde. No todo tiene porque tener un sentido. Con GOT aprendí que la vida al igual que serie es impredecible. No defenderé lo de Daenerys rompiendo todo, porque incluso yo tengo que admitir que, si no se vio raro, se notó muy metido con calzador. Sin embargo, fue divertido pensar por un momento que si le das un maldito dragón que, para términos de la serie es casi como una bomba atómica, a alguien que ha perdido tanto en tampoco tiempo, pues pasa lo que pasa. A decir verdad, solo me gusto el final de Jaime y Cersei. Por el lado de Jaime, cualquiera comete estupideces por amor, lo de Brienne lindo y todo, pero Cersei fue el amor de su vida. Y no es culpa de nosotros enamorarnos de gente horrible, creo que nos pasa a todos. Estúpido pero romántico podría decirse. Lo de Cersei, creo que la mayoría esperaba un final épico para una villana épica. Pero como Pinochet, tuvo una muerte que sencillamente no merecía y está bien, pasa en la vida pasa en GOT.
Pero por otro lado, desde que se estrenó la octava temporada, he visto cientos de portales, videos, post y gente de todo tipo hablando de cosas como: estrategias de guerra, argumento, trama, desarrollo de personajes, coherencia argumental, arco narrativo y demás términos que de otro modo posiblemente no hubieran aprendido. Incluso yo aprendí la regla de la quinta temporada: toda serie por buena que sea empieza a caer en la quinta temporada y es ¡verdad! Nos estamos volviendo más especializados como público y aunque el cambio es lento, de a pocos solo saldrán a la luz series dignas de ello. Gracias Twitter por eso, solo por eso. Por el aislamiento y los chismes si mejor muérete. Gracias GOT por enseñarme que así como hoy vivimos, mañana morimos, pero por las últimas dos temporadas, es mejor que acabes ya.