La recrudecida violencia de Buenaventura, en donde se han registrado 51 homicidios en lo que va del 2019, puso en alerta al obispo de la ciudad portuaria, monseñor Rubén Darío Jaramillo que en nombre de la Iglesia Católica se propone actuar de una manera particular. Desde un helicóptero roseará agua bendita por considerar que al puerto lo aqueja un “desorden moral” que amerita un exorcismo. Una manera de liberarla de las maldiciones. La Armada Nacional lo apoyará suministrándole la aeronave este sábado 13 de junio.
La particular propuesta fue registrada por medios de diferentes países, como ABC o The Guardian. El diario inglés tituló “Obispo se tomará los cielos para exorcizar toda una ciudad colombiana” y recordó que, en 2014, Buenaventura fue catalogada como el lugar más violento del país. También citó un reporte de Human Rights Watch en donde se comentaba el dominio que ejercen los grupos criminales sobre los diferentes barrios y la existencia de casas de pique, sitios destinados para torturar y desmembrar personas.
Las denuncias alrededor de las casas de pique no provienen exclusivamente de defensores de derechos humanos. Monseñor Jaramillo, quien llegó a la diócesis de Buenaventura hace un poco más de dos años, ya había anunciado que era un error creer que estas prácticas habían sido erradicadas y llamó la atención sobre la cultura del miedo que aun reina en los habitantes del puerto. Según el obispo, el número de muertes y desaparecidos puede ser superior al de las cifras oficiales ya que muchos casos no son llevados a las autoridades por temor a represalias de los grupos armados.
Y fue la muerte de la niña Diana Tatiana Rodríguez, el pasado mes de junio, la que rebasó la paciencia del jerarca católico. Tras pedir mayor presencia de la fuerza pública en determinados sectores, comunicó que aprovecharía las fiestas patronales de la ciudad para llevar a cabo un exorcismo con el que planea purgarla.
Los exorcismos, usualmente aplicados en individuos, también se utilizan en grupos de personas después de que el Papa León XIII institucionalizara el rito con la finalidad de combatir una posible “infestación demoniaca”, tal y como explicó The Guardian.
En 2018, la Santa Sede sostuvo un curso de exorcismo para sacerdotes en razón a un supuesto incremento de posesiones de demonios alrededor del planeta. En su momento, dicho suceso se calificó como un “emergencia pastoral” que debía ser inmediatamente atendida.