Al columnista Perry, exministro de Hacienda, hay que decirle que no tienen razón él ni la inventada mayoría que culpan al “populismo peronista” de las “crisis recurrentes” de Argentina, pues es de primaria ilustración saber que estas son históricas, congénitas si se quiere, de la nación austral.
Un rápido e informativo repaso por la historia económica contemporánea de América Latina, les bastaría para ponerlos de manera objetiva y ecuánime en contexto sobre los hechos económicos, sociales, del desarrollo y crecimiento de Argentina, en tiempos del “populismo peronista”, blanco de su precipitado juicio acerca de este como detonante, entre otras causas, de una crisis, la actual, que es producto de un modelo económico y político, el neoliberalismo, muy distinto del instaurado por Perón, cuyos resultados positivos son inobjetables.
El problema del tipo de análisis del fenómeno económico, político y social que constituyen las crisis de una economía nacional, y el de Perry, a pesar de su superficialidad, es tal, está predispuesto en su planteamiento por lo ideológico más que por la objetividad y rigurosidad que se da por descontado deben ser prevalecientes al hacer juicios históricos por inanes que estos parezcan.
El gobierno de Perón, 1945 – 1955, marcó uno de los periodos
más prósperos de Argentina y el crecimiento de su economía
a tasas superiores al 5 % anual
Así las cosas, y a manera de ilustración, el gobierno de Perón, 1945 – 1955, marcó uno de los periodos más prósperos de Argentina y la consolidación y crecimiento de su economía a tasas superiores al 5 % anual, pagó la totalidad de su deuda externa, logró el saneamiento fiscal y los salarios reales crecieron por encima del 45 %; la industrialización alcanzó sus más altas cotas en sectores como el siderúrgico y petroquímico; la producción y productividad agropecuaria se modernizó; las obras públicas, ferrocarriles, hidroeléctricas, gasoductos, tuvieron un desarrollo creciente y permanente; la ciencia y la tecnología se incorporaron sin reparos en todos los ámbitos de la producción y la economía.
Por si a Colombia se le diere por imitar el “populismo peronista”, vale decir que en materia de desarrollo humano y social integral e incluyente, fue Perón quien instauró y puso en ejecución en Argentina las políticas públicas del Estado de Bienestar, se triplicaron los préstamos al sector privado, se duplicaron los de agricultura, se sextuplicaron los de la industria y los intereses que causaban dichos prestamos no superaban el 5 % anual.
¡Vaya populismo!
Quienes en Colombia y otras naciones de América Latina han cantado y celebrado hasta la irritación la desdicha de Venezuela es de esperar, cuando se enteren, lloren hasta la amargura lágrimas de sangre por las desgracias de la Argentina de Macri.
Y se conduelan, de los “niños doblemente pobres”, de las interminables filas de argentinos esperando por una fruta, un trozo de verdura, que no de carne, para apaciguar el hambre que, al igual que los venezolanos, jamás debieron padecer hasta el desgarramiento y la vergüenza en el gobierno de Macri, para nada populista ni izquierdista ni peronista. Y sí que menos, chavista.
Poeta
@CristoGarciaTap