Llegó la hora de dar lo mejor de nosotros como sociedad

Llegó la hora de dar lo mejor de nosotros como sociedad

"Es momento de comprender el dolor ajeno y por el valor humano exigir al nuevo huésped de la casa de Nariño la no continuación del conflicto"

Por: Absalón Cabrera
mayo 07, 2018
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Llegó la hora de dar lo mejor de nosotros como sociedad

Quizá en los momentos de mayor dificultad e incertidumbre para la raza humana es cuando florecen las mayores virtudes humanas. Enunciados como el anterior, o con esa misma idea, los he encontrado leyendo a autores como Martha Nussbaum, Noam Chomsky, Slavoj Zizek, Francisco de Roux, entre otros. Es preciso recordar la idea expresada en ese enunciado ahora, justo cuando Colombia pasa por un momento muy particular de su historia, uno lleno de incertidumbre y dificultad debido a diferentes factores:

Por un lado, factores económicos, que pasan por el muy lamentable momento económico y político del país vecino, Venezuela, que desembocó en una migración y/o retorno de colombo-venezolanos. Retorno que incrementa la tasa de desempleo, exige mayor atención a las condiciones de vivienda, salud, educación, entre otras.

Igualmente, el estado del clima ha generado una exigencia entorno al uso de energías renovables, cosa que depende de la voluntad política para permitir la investigación e implementación del cambio pertinente con el fin de motivar la no dependencia del petróleo.

Del mismo modo, la extracción de materias primas por encima del deterioro medioambiental exige unas reglas tanto en la implementación como en las garantías para los diferentes sectores que se lucran o interfieren en tal actividad económica.

Por otro lado, factores políticos que tienen que ver con la implementación del acuerdo de paz, en vista de que, en la agenda legislativa tiene relevancia si lo que se pretende es acabar con la excusa de la guerra. Conviene tener en cuenta que los orígenes del conflicto no remontan a la inconformidad por la firma o no de un “acuerdo de paz” sino por el abandono del estado de amplios sectores sociales, principalmente los de estratos bajos y los que están alejados de las grandes urbes. La falta de justicia para todos, falta de educación y apoyo a iniciativas agrícolas, especialmente para las personas más desfavorecidas.

De acuerdo con lo anterior, y teniendo presente que estamos en un momento de incertidumbre y dificultad, es oportuno rescatar lo mejor de nosotros como seres humanos. Dejar a un lado los odios infundados y poner en consideración la vida de nuestros conciudadanos. Dejar de lado los miedos enfermizos y parcializados y tener en cuenta que está de por medio la vida de las personas. Comprender a nuestra amada Colombia como el lugar donde podamos vivir todos, independiente de nuestras diferencias ideológicas o historias de vida. Sin importar si somos víctimas de un grupo o de otro, todos los que habitamos este territorio tenemos la obligación moral de velar por los derechos de todos. Tenemos el deber de salvaguardar los derechos fundamentales de nuestros conciudadanos profundizando en políticas que tiendan por la educación y la equidad.

En este mismo sentido conviene recordar la cita que hace Nuccio Ordine (2018) de los pensamientos del célebre francés Montesquieu, cuando dice: “Si supiera de alguna cosa que me fuese útil y que resultara perjudicial para mi familia, la expulsaría de mi mente. Si supiera de alguna cosa útil para mi familia, pero que no lo fuese para mi patria, trataría de olvidarla. Si supiera de alguna cosa útil para mi patria, pero perjudicial para Europa y para el género humano, la consideraría un crimen”. De esta manera, si hay algo que resulta perjudicial para el género humano, habitante del territorio llamado Colombia, es la continuación del conflicto. Solo la exigencia social de la finalización del conflicto puede unirnos como sociedad, sacando lo mejor de nosotros como seres humanos. Por este motivo, colombianos de a pie, que a costa de trabajo y esfuerzo hemos logrado garantizar a la familia una estabilidad económica, es momento de sacar lo mejor de nosotros. Es momento de comprender el dolor ajeno y por el valor humano exigir al nuevo huésped de la casa de Nariño la no continuación del conflicto armado. Es hora de rechazar cualquier propuesta que evidencie un retroceso en materia de derechos y velar por un país democrático, donde la libertad de prensa, de oposición, y todas las conquistas liberales ganadas, no sean susceptibles de anulación.

Referencias:

Chomsky, Noam. Optimismo contra el desaliento, Penguin Random House, 2017.

De Roux, Francisco. La audacia de la paz imperfecta, Editorial Planeta, 2018.

Nussbaum, Martha. La nueva intolerancia religiosa, Editorial Planeta, Colombia, 2013.

Ordine Nuccio, Clásicos para la vida, Una pequeña biblioteca ideal, Acantilado, 2018.

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