Llegar a los 50 es ¡del carajo!
Opinión

Llegar a los 50 es ¡del carajo!

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enero 22, 2014
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Para quienes sienten depresión porque están cerca de cumplir cincuenta años, o ya los tienen y no se hallan, déjenme decirles que tienen muchas ventajas que están a su lado y a lo mejor no las han visto. No me refiero exactamente a que les cedan el puesto azul del Transmilenio, o del transporte público de su ciudad si no es Bogotá, sino a las cosas importantes que surgen, se rescatan y se viven a esta edad.

Lo primero que hay que aclarar para quienes se sienten viejos, es que los 50 años no corresponden cronológicamente a la vejez. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta etapa normal del ciclo de la vida comienza a los 65 años. Los 50 años son el cierre de una de las grandes etapas de la vida, la adultez, que nos prepara desde ese momento para la vejez. Así que si usted cumple este año 60 (como mi compañero de Blu Radio Tito López), tranquilo que —como dice él— ¡le quedan cinco años de juventud!

La mayoría de personas le temen mucho a la vejez. En lo particular, más que a la vejez, le temo a las discapacidades que puedan venir con ella. El proceso de envejecimiento es atravesado por lo cultural: mitos, percepciones, creencias, vivencias y experiencias. “Qué pereza ponerse viejo”, dicen unos; “Toca acostumbrarse a la vejez porque no hay de otra, pero qué bueno es ser joven”, agregan otros. Pero qué pasa realmente cuando se cumplen los 50. Helena Buitrago, experta en sicología clínica, asegura que es la etapa que reúne el fruto de lo que se ha construido en etapas anteriores; la vida nos pasa una cuenta de cobro. Yo me pregunto, ¿será que a los viejitos verdes y a las “cuchibarbies” la cuenta les llega más tarde? Porque es que uno los ve aferrados al poste de la juventud, como decían en las emisoras juveniles hace unos buenos años. A propósito, y para quienes piensan que todo terminó en los 50, dice nuestra experta que todavía se pueden modificar malos hábitos, se aprende a vivir con más tranquilidad (ya no existe la impulsividad del adolescente o el joven adulto), hay más equilibrio emocional y mayor capacidad de toma de decisiones que permiten disfrutar de muchas cosas.

Pero a estas alturas ustedes se preguntarán ¿y cuál es la parte donde llegar a los 50 es del carajo? Dice nuestra experta que se disfruta más de la estabilidad económica si se ha sido organizado; se está más alejado de los conflictos familiares, de los afanes diarios, de la crianza, de conseguir trabajo; se dedica mucho tiempo a uno mismo y se retoman cosas como ir al gimnasio o a conciertos; se disfruta de empezar a estudiar desde pregrado hasta posgrados, porque “ya crié a mis hijos, ese fue el sueño que no había cumplido y este es el momento de hacerlo”; los proyectos son más claros y las metas se alcanzan más rápido que en etapas de la vida anteriores; el sexo va más allá de lo coital, pues se centra en el erotismo, la ternura, el afecto, la conquista y se es mucho más sensible que los jóvenes; se llega a desarrollar una mayor capacidad artística y literaria, si hay gusto por hacerlo; se disfrutan los logros porque ya no está la lucha por buscarlos; se siente que se puede ser fuente de liderazgo, credibilidad, sabiduría, conocimiento y respeto —en pro de la autoestima— aunque esto se ha perdido en nuestra cultura.

Con los 50 llegan compañeros inseparables: las llanticas o “Urabá” (por aquello de la zona bananera), la barriguita para los señores, el sueño en las reuniones, las fiestas cortas, el espejo de aumento, la comida sana con la espinaca y el brócoli como sus mejores representantes, la intolerancia a la leche… Para terminar, hay que decir que la esperanza de vida en Colombia está sobre los 75 u 80 años, lo que quiere decir que a partir de los 50 usted tiene casi 30 más para pensar en proyectos y expectativas; que contrario a lo que usted pueda estar pensando, los 50 no son el final; ¡son la apertura a una etapa de la vida fascinante!

¿Les gustó esta teoría? ¿Se animaron? Yo espero que sí y que, como yo, piensen que definitivamente ¡llegar a los 50 es del carajo!

¡Feliz resto de semana!

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