Colombia posee una gran cantidad de ferias y fiestas, en las cuales se observa la alegría y espíritu parrandero de sus habitantes, en estos eventos se permite la activación comercial y turística de las regiones. Cada departamento hace honor a su folclor, a su identidad regional, engalanando las tarimas con sus ritmos, danzas y manifestaciones culturales, folclóricas y artísticas.
Con el paso del tiempo y la creciente escasés de recursos económicos, las administraciones han implementado estrategias para atraer turistas, cambiando el folclor por la música comercial.
En el Meta son muy pocos los folcloristas que viven de la cultura, algunos dejaron el arpa, el cuatro y las maracas para desempeñarse en actividades económicas que les permiten un sustento diario, pero que no alimentan su alma; es así que los maestros de la música que no se hicieron a un nombre difícilmente lo lograrán, puesto que cada día son menos quienes abogan y promocionan el folclor llanero.
Las entidades estatales responsables por proteger nuestras raíces culturales, no cuentan con el presupuesto para contratar a los 1000 folcloristas que habitan el departamento, pero contratan artistas internacionales con honorarios exagerados, con lo que pagan un artista de ese escalafón pueden cubrir los honorarios de 30 que trabajan y creen en su región.
Es así que el Torneo Internacional del Joropo que en otros tiempos exaltaba la cultura Llanera, se volvió una muestra de artistas internacionales, alejando a propios y visitantes de nuestras raíces encontrando múltiples eventos (noche jóven, noche de despecho, noche vallenata y artistas internacionales, entre otros),pero sin darle el primer lugar al Joropo.
Se llevó el Joropo al patio trasero de Villavicencio (Malocas), perdiendo la conexión con las nuevas generaciones, hace 30 años era normal escuchar un grupo de joropo en la Plazoleta de los Centauros y ver a la gente integrarse con los artistas, compartiendo al son de un pajarillo, un contrapunteo y un aguardiente llanero, al sacar el joropo de las calles, plazas y parques, se incrementaron los costos para quienes quieren escuchar esta música y se les condenó a separarse de sus raíces y perder su identidad.
El Turista que venga al llano, que escuche música llanera en cada esquina, en las plazas y parques integrando a niños, jóvenes, adolescentes, adultos y adultos mayores, es tiempo de rendir culto al Joropo, capacitémonos para ofrecer una experiencia folclórica y cultural inolvidable .
Los Festivales de la Leyenda Vallenata no patrocinan eventos artísticos que no tengan relación con su patrimonio cultural, todas sus actividades se dirigen a enriquecer su cultura, mientras que en el Meta, vemos un desfile de artistas internacionales, algunos que nada tienen que ver con nuestro folclor patrocinado por las arcas estatales. Dejemos ese tipo de espectáculos a los representantes artísticos y fortalezcamos nuestra cultura, si queremos ser un atractivo turístico ofrezcamos lo que otros no tienen, trabajemos para que el Joropo sea declarado Patrimonio inmaterial de la Nación, hagamos patria desde nuestra patria chica, sigamos los buenos ejemplos.
Se creó el Festival Llanero de Villavicencio, que no integró a los villavicenses, desde su imagen corporativa con botas texanas que nada tienen que ver con la cotiza llanera, no le aportó a nuestra cultura y en definitiva no la fortaleció.
¿Será que nuestro folclor es tan pobre, que se tiene que vender con música electrónica, hip hop, salsa, vallenato y despecho?
¡SI ES LLANERO, QUE RINDA HOMENAJE A NUESTRO FOLCLOR!
Está en las manos de los mandatarios del Departamento y sus municipios, cambiar la mentalidad comercial y fortalecer la cultura llanera, integrando a quienes trabajan para conservar y proyectar nuestro folclor. Dando oportunidad a los Folcloristas, Academias, Instrumentistas, Bailadores de Joropo, Artistas y Compositores de la región para hacer que esta semilla crezca y no se convierta en un recuerdo.
Por favor, No más intermediarios que se enriquecen con el trabajo de los artistas.