El reciente levantamiento de la medida de prueba de COVID-19 a pasajeros que ingresen a este país, cuando en Europa se están tomando estrictas disposiciones a raíz de un rebrote, no es resultado de la improvisación, la ignorancia y la terquedad, sino la insistencia de hacer predominar el capital a costa de la vida.
Además, la decisión también es una muestra más del desprecio e indiferencia que sienten los de arriba por la gran mayoría de colombianos, que, con todo lo que ha pasado recientemente, estamos cansados y hasta el tope de este infame desgobierno.
Y eso no es todo, a lo anterior también hay que sumarle que el derrumbe irreversible de su mesías, la impopularidad del 70% en las encuestas del subpresidente y la iniciativa de referendo de revocatoria de su mandato han provocado una ansiosa aceleración en las intenciones de hacer trizas este país.
De verdad, estas actuaciones inducen a pensar que lo que resta de este periodo presidencial será de angustias preparatorias para un tenebroso coletazo final.