No hay que ser de izquierda o derecha --y mucho menos uribista o santista-- para querer la paz. Al leer el comunicado de los Diálogos de Paz en la Habana, que parecen estar a punto de culminar, tengo que admitir que recibí con alegría y algo de incertidumbre la noticia:
Pero me considero una persona soñadora, a tal punto que espero que Colombia deje de ser conocida por el narcotráfico o la guerrilla, que por tantos años ha dejado una marca en nuestros corazones o una mala imagen en el extranjero sobre nuestro país.
Es por esto que es hora de cambiar la historia, y para que exista la paz es necesario comenzar en casa con el buen ejemplo a nuestros hijos y familiares. Es necesario soñar, creer y entender que aquellas personas que dejarán sus armas, compartirán muchos espacios con nosotros. Es hora de abrir nuestros corazones y perdonar a quienes por error o creencias diferentes hicieron daño.
Perdón: esa es la palabra clave y más que una palabra es una invitación para aquellos que creen que con guerra y armas podremos conseguir, lo que con dialogo y acuerdos estamos logrando.
Finalmente no todos tenemos la misma mirada ante esta noticia. Si usted es uno de esos que no cree o ve con ojos negativos la misma, no fomente el odio y no agrande la incertidumbre de aquellos que con algo de fe aceptamos este tratado.