Estas elecciones regionales han dejado dos cosas claras, la primera es que el dinero sigue siendo mucho más poderoso que las propuestas y la segunda, que durante esta campaña los “Yahires Acuñas” pulularon por la gran mayoría de ciudades de Colombia, pues en muchos territorios los topes en gastos se extralimitaron, pero muchas campañas saben ya cómo hacer cuentas paralelas.
Por otra parte, el Estado, es decir todos, desde nuestros representantes, tenemos que exigir reglamentaciones en diferentes aspectos, como la financiación de las campañas por el Estado, esto llevaríaíá a la igualdad de condiciones entre candidatos y se le daría más relevancia a las ideas que a la plata invertida.
Otro punto vital es el papel de las encuestadoras y de los medios de comunicación, ya que durante este tiempo se pudo ver cómo en una misma semana salían los resultados de diferentes encuestas y todas decían cosas distintas, desinformando al electorado y beneficiando a candidaturas en particular. Aunado a esto, el papel de los medios de comunicación debe ser regulado, no para coartar su opinión o gustos políticos, sino, para que digan de frente y sin tapujos por qué candidatura van o que sean ecuánimes y objetivos a la hora de comunicar.
Menciono esto, porque estos fenómenos se presentaron con fuerza en las elecciones en Manizales y Caldas, desinformando aún más al ciudadano y sesgando su voto por quien decían los medios que iba de primero o tenía más opción de llegar a ser elegido.
Conociendo quién es el nuevo alcalde de Manizales, las críticas no se hacen esperar, uno, por sus negocios privados (residencias y moteles en el centro de la ciudad), y dos por sus compañías (todos los reductos del Partido Liberal de vieja data que aún representan el barquismo en la ciudad y el departamento).
Pero resulta paradójico que los críticos del nuevo alcalde, sean aquellos representantes de la política tradicional caldense, quienes han tenido durante 5 alcaldías seguidas el gobierno municipal —aunque han ostentado por muchos más años el poder político de la ciudad— y hayan dejado una ciudad mediocre, llena de obras a medio hacer y poco útiles para la ciudadanía, además de macrodesastres que demuestran el despilfarro de los recursos públicos.
Podemos hacer un resumen de lo que dejan 5 alcaldías seguidas de aquellos que hoy se quejan de quien gobernará la ciudad por 4 años: venta de Emtelsa, impuesto al teléfono, el TIM (Transporte Integrado de Manizales), incluido el desorden que generó y su asonada en la ciudad, la mala inversión de 7.000 millones de pesos en el cable a los Yarumos que nunca arrancó, el Macro-Desastre San José con su falta de planeación, su millonaria inversión y su desplazamiento intraurbano; en la capital mundial del agua, estuvimos un mes sin el líquido vital, además de 15 días sin gas y 48 muertos en la tragedia de Cervantes, pagamos las sillas más caras en el estadio y en el 2005 timaron a varias familias en la Caja de la Vivienda Popular, la lista puede seguir, es mucho más larga y es bien conocida por la mayoría de ciudadanos.
Es de resaltar que aun así los manizaleños premian con sus votos a los responsables de estos hechos. De los contendores electorales de Octavio Cardona, dos de ellos, Adriana Gutiérrez y Luis Roberto Rivas Montoya, hacen parte de la política tradicional manizaleña, quedaba la única opción que se salía de dicho esquema, el Profe Acebedo, quien representa la alternatividad que está surgiendo en la ciudad, como una fuerza que permite a los manizaleños tener la esperanza de una política decente, que se hace a base de creatividad, voluntariados, sin miles de millones de pesos en gastos publicitarios y sin compra de votos, eso lo reconocen hoy 18.975 manizaleños.
Sin embargo, este no es momento para quejas, es hora de asumir los errores cometidos durante estos años, replantear la mediocridad con la que se ha gobernado esta ciudad y empezar a formar una masa crítica política que se convierta en la veedora de las decisiones de ciudad, para que en las próximas elecciones elijan y lo hagan de manera informada, responsable y a conciencia y no se dejen llevar por la desinformación de las encuestas o de los medios de comunicación que se muestran imparciales, pero que su manera de informar muestran su parcialidad hacia algunos candidatos.
Necesitamos una ciudadanía crítica en temas políticos, que no se venda, que no se deje comprar con fiestas, bonos de descuento o la promesa de un puesto futuro para ellos o alguno de sus familiares, una fuerza que vote más por las ideas que por los pendones.
Julián Andrés García Cortes
@julianelpolit
